Hay mujeres que aman tanto sus zapatos que les acaba doliendo. Es la resolución del principal estudio elaborado hasta la fecha sobre zapatos y el dolor que publica 'The New York Times', y que en sus conclusiones advierte de que las mujeres sienten una especial atracción por los tacones más finos y más altos. Algo que puede resultar tentador y muy atractivo, pero que a la larga podría tener consecuencias en la salud de los talones, el tendón de Aquiles y el tobillo.
¿Entonces es solo cuestión de estética? Nancy Rexford, autora del libro Womens Shoes in America, 1795-1930 explica que, aunque tradicionalmente se ha asociado la disposición de las mujeres a tolerar la incomodidad e incluso el dolor al servicio de la moda con el deseo de “generar atracción o posicionamiento en la jerarquía social”, la elección de los tacones hoy tiene más que ver con lanzar un mensaje de “poder y control”.
El zapatero favorito de las estrellas, Christian Louboutin, ha explicado en alguna ocasión por qué diseña tacones de aguja tan altos. “Existe un componente de seducción en los zapatos femeninos que no existe en los de hombre. Piensa en Marlene Dietrich cruzando las piernas: en toda su actitud. El lenguaje -no verbal- comienza en los zapatos y se extiende sobre todo el cuerpo. Una mujer puede ser sexy, encantadora, ingeniosa o tímida solo con sus zapatos. Es por esto que las mujeres no tienen problemas con llevar zapatos que les hagan daño. Una pequeña incomodidad que se equilibra con algo más, que tiene que ver con el deseo. Eres más consciente de ti misma, sientes más poder, te conoces mejor. Eres perfectamente consciente de tu propio cuerpo. Esta pequeña incomodidad compensa en muchas otras maneras”.
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Lo cierto es que los tacones siguen siendo un poderoso objeto de deseo: en una curiosa encuesta elaborada por 'Women’s Wear Daily', el 37% de las 2.000 mujeres consultadas aseguraron que estarían dispuestas a saltar del puente Golden Gate de San Francisco a cambio de un suministro vitalicio de ‘Manolos’, como se conocen los zapatos del creador Manolo Blahnik. Puede que la devoción de sus admiradoras venga de la dedicación del diseñador por crear zapatos bonitos, pero también cómodos.
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“Hay quien dice que con los tacones hay que sufrir. Pero sentirte así no está bien. Hay un truco que uno aprende después de años y años (de diseñar zapatos) y es saber perfectamente dónde estará la presión que se ejerce sobre el pie, y es exactamente ahí donde de coloca el tacón. Si hay un desvío de un milímetro, el zapato será un fracaso. La clave para hacer un zapato alto y cómodo es la simetría y el equilibrio. En mis fábricas probamos todos los zapatos hasta que damos con esa ecuación exacta”, contó en una ocasión.
Mientras la ciencia ha cifrado el tiempo en que tarda en aparecer el dolor (una hora, seis minutos y 48 segundos, según el Colegio de Podólogos de Reino Unido), la moda sigue buscando la fórmula definitiva el tacón que estiliza y que no provoque daños. En las últimas temporadas, marcas como Chanel o Dior han apostado fuertemente por el llamado “tacón sensato” de tres centímetros y medio de altura, y con ello han conseguido pulverizar las ventas de sus zapatos. Los slingback bicolores de Chanel son una interpretación de los zapatos de puntera negra que creó Gabrielle Chanel y que además estilizan la figura del pie femenino, haciéndolo parecer más pequeño gracias al contraste de colores. Dior, por su parte, ha puesto a los pies de editoras de moda, estilistas e influencers la versión cómoda de su famoso “tacón coma” curvado, solo que ahora, también más cómodo.
Sabiendo que cuando llevamos tacones altos el dolor acaba inevitablemente apareciendo, nos preguntamos cómo aguantan modelos y celebrities tanto tiempo sobre alturas de más de 10 centímetros. El truco lo desveló recientemente en una entrevista el conocido como podólogo de los famosos con consulta en Calabasas (Los Ángeles, California), el Dr. Sanford Weitzbuch. Según su consejo, lo ideal es “comprar zapatos en las últimas horas del día. La razón es que la circulación sanguínea cambia debido a que a esas horas los pies están ligeramente más hinchados. Si te pruebas los zapatos en las primeras horas del día, tu pie será más pequeño, puede que se vaya hinchando a lo largo del día y que finalmente el zapato no te quede bien (…) Es por esto que nadie debería de comprar zapatos antes de las cuatro de la tarde”, dijo.Ciencia, estilismo y moda se alinean así en la búsqueda del tacón perfecto que estilice la figura.