Una 'talla única' más real
Una campaña en el Reino Unido propone a las mujeres compartir todas las diferentes tallas que guardan en su armario
¿Cuántas veces te ha pasado entrar en un probador y acabar teniendo que probarte una talla completamente distinta a la creemos tener? Incluso en plena era de la modelo curvy, con algunas modelos como Ahsley Graham posando en varias portadas a la vez (incluida la de la revista Sport's Illustrated), el tema de las tallas aún sigue presentando un reto a la hora de derribar los cánones de belleza que imponen las prendas femeninas a la 'tiranía' de una determinada talla.
Sin embargo, el problema no sólo viene desde las pasarelas, pues también influye que no todas las firmas tienen el mismo tallaje a la hora de considerar cómo es una u otra prenda. Es decir, una misma prenda con un mismo número de talla puede no cabernos en absoluto o quedarnos grande, según sea una firma u otra; al final, acabamos comprando una talla distinta a la que llevamos normalmente -sencillamente, optando por la que nos sienta bien- o, lo que es peor, no llevándonos a casa las prendas por la frustración de tener que comprar una talla más grande o más pequeña de la nuestra. Pues bien, para evitar esto último, se ha lanzado una campaña en la que se anima precisamente a compartir fotos en redes sociales de las diferentes tallas que se guardan en el armario bajo el hashtag #nosizefitsall (algo así como 'la talla no-única'). La petición surgía después de que se hiciesen públicos en el Reino Unido una serie de estudios orientados a definir la aceptación que las mujeres tienen de la talla que compran: una de cada cinco corta las etiquetas de sus prendas después de comprarlas; de ellas, el 70% lo haría por la vergüenza de la talla.
¿Qué es la talla única?
El concepto de 'talla única' viene directamente de las pasarelas: es lo que se conoce como sample sizes, que se diseñan para todos los desfiles (normalmente, en torno a la talla 32-34), y son el motivo por el que las modelos siempre tienen que tener las mismas medidas y una silueta más o menos parecida. Cuanto más se parezca una modelo a otra, más fácil será que toda la colección de un diseñador pueda lucirla un mayor número de modelos. O puesto de otro modo: todas las modelos deben tener una talla idéntica si quieren caber en un vestido de pasarela, porque los trajes que vemos en la catwalk apenas se modifican. Sin embargo, tal y como informa la plataforma #nosizefitsall, esta 'talla única' tiene su propia interpretación en la calle.
Si la exigencia de tener siempre la misma talla resulta difícil para las modelos profesionales, en el mundo real es casi imposible de mantener. Campañas como la británica, iniciada por el partido por la igualdad de la mujer en el Reino Unido, ven intransferible la idea de la talla única de las pasarelas a la calle. El motivo: para empezar -y como adelantábamos-, el tallaje varía de una tienda a otra, y la talla que nos cabe en un sitio, en otro nos queda pequeña. Para demostrarlo, a la iniciativa se unían muchas mujeres dejando bien claro por qué nunca debería importarte la talla que compres: prácticamente el 100% de las participantes que han compartido sus fotos en redes sociales guardaba en su armario un abanico de prendas que abarca casi todo el rango de tallas disponibles, de la S a la L.
Además de mujeres anónimas, a la campaña han acabado uniéndose dos modelos de la industria, Jada Sezer, una conocida modelo plus size o curvy, y Rosie Nelson. Sus tres propuestas para mejorar el problema de las sample sizes (en su caso, concretamente en Reino Unido): que la fashion week de Londres tome una medida similar a la que tomó hace años la pasarela de Madrid, elevando el índice de masa corporal requerido a las modelos a un porcentaje superior a 18,5; que todas las revistas de moda en el Reino Unido incluyan un editorial de moda plus size; y que la pasarela muestre en cada desfile dos tallas de modelos en vez de una, una de ellas la que vemos habitualmente y la otra superior a la 40 española.