Cuando Garance Doré, la bloguera más famosa de París, se trasladó a vivir a Nueva York, le tocó atravesar, tal y como comentaba años más tarde, una transformación que no tenía tanto que ver con adaptarse a la cultura norteamericana como a las diferencias de estilo entre las chicas parisinas y las neoyorquinas. Esta diferencia entre París y Hollywood salta a la vista cada vez que Marion Cotillard, la actriz francesa que ha conseguido meterse en el bolsillo a la meca del cine, pisa la alfombra roja: frente a las tendencias de temporada y los grandes clásicos -sirena, princesa y tipo tubo- que parecen dominar escenarios como el de los Oscar o los Globo de Oro, la actriz, que hoy 30 de septiembre cumple 40 años, ha conseguido mantenerse fiel a su propio estilo, de aire mucho más europeo, y a un efortless chic impecable, ya estrene cintas en Cannes o en Los Angeles.
Su primer gran 'look': los Oscar de 2008
El primer aviso de que Hollywood acababa de toparse con algo diferente llegaba en 2008, cuando Marion Cotillard se llevaba a casa el Oscar a la mejor interpretación femenina tras meterse en la piel de Edith Piaf en 'La vida en rosa', una película que, para más inri, era también de habla extranjera. Un hit en su carrera comparable al Oscar de Penélope Cruz (primera actriz española en llevarse la preciada estatuilla en toda la historia de los premios, un año más tarde), y que hacía historia por duplicado al acudir con un vestido-sirena de color nácar, elaborado personalmente por Jean-Paul Gaultier para ella inspirándose en uno de sus diseños de la Alta Costura, cubierto de escamas bordadas a mano. Él propio diseñador explicaba después lo complicado que había resultado hacer el fitting, ya que la actriz se encontraba en plena presentación de la cinta al conocerse su nominación, pero lo mucho que había merecido la pena: desde entonces, el vestido aún sigue apareciendo en las retrospectivas con las mujeres mejor vestidas de los Oscar.
Esta 'campanada' fashion tiene su explicación, sobre todo, en lo diferente que resultaba el modelo comparado al resto de vestidos que suelen verse en la red carpet de Hollywood, y que suelen obedecer a una normativa de colores y formas que a menudo no arriesga demasiado en el terreno de las texturas, que es precisamente donde la francesa se desenvuelve mejor. Distinta pero no extravagante. Echando la vista atrás a sus primeros estilismos en el cine, allá por 2002, encontramos algún que otro look de la época -el clásico conjunto de alfombra roja con vaqueros y top que persigue a muchas actrices de principios de los años 00-, así que 2008 sigue siendo el año que marcó un antes y un después en su armario.
Ahora bien, si copiar el je ne sais quoi de Marion Cotillard es complicado, no es totalmente imposible. Echando la vista atrás a sus mejores apariciones en los últimos años, hay cinco elementos clave que dominan principalmente su armario, y que son sinónimo de éxito en su estilo:
1. El equilibrio très chic de sus estilismos, un tanto edgy, es decir, más atrevidos que la media, tanto en los colores (del total white al flúor) como en los cortes, con vestidos minimalistas, con estructuras arquitectónicas y a veces incluso bolsillos, o con aberturas inesperadas a la espalda. La actriz mantiene un allure clásico gracias a fórmulas de belleza que siguen de cerca el estilo francés de figuras históricas como la misma Edith Piaf o Coco Chanel: recogidos con mucho volumen, coletas o peinados sleek, con melenitas que no suelen sobrepasar los hombros, a veces de aire incluso un poco estricto, y que equilibran el aire arriesgado de sus vestidos y jumpsuits.
LOS 40 MEJORES 'BEAUTY LOOKS' DE MARION COTILLARD
2. El maquillaje: súper natural y muy fresco, con reminiscencias a los años 30 en sus apariciones más glamourosas, pero casi siempre reducidas a un discreto smokey eye y al rouge de labios.
3. Los estampados, o mejor dicho, las mezclas multicolor tipo arcoiris en un mismo vestido, y que a menudo desbancan el amor de las actrices de Hollywood por los tonos pastel y los neutros. Funcionan sobre todo con los cortes 'mini' a medio muslo y los vestidos campana.
4. Una colección de accesorios a la que no falta detalle, especialmente los minibag, un complemento que le hemos 'pillado' en incontables ocasiones, a menudo firmados por las grandes maisons, especialmente el Lady Dior, bolso del que es imagen desde hace siete años. Los zapatos son otra de sus grandes debilidades: su colección de sandalias incluye desde modelos con aberturas en rosa metalizado a auténticas obras de arte peep-toe con detalles escultóricos, plataformas, transparencias y motivos geométricos de piel. Eso sí: nada de stiletto. El tacón ancho es su favorito.
5. El streetsyle, cien por cien parisino allá donde esté. El efortless chic de la actriz sale a la luz precisamente cuando se encuentra en su entorno natural: es ese tipo de estilo que nace sin esfuerzo, y que funciona lo mismo con una capa, un vaquero, unos pantalones capri o una camiseta con rayas Breton, un clásico a la francesa introducido en la costura por Coco Chanel, y sinónimo desde entonces del 'buen vivir' de la Riviera Francesa, en particular de Saint-Tropez o Cannes, otra de las ciudades que se rinde cada a año a los pies de la actriz.
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