El desfile de Celine era uno de los más esperados de la Semana de la Moda de París. Detrás del Palacio Nacional de los Inválidos, donde se encuentra la tumba de Napoleón, Hedi Slimane debutaba por primera vez como director creativo, relevando a Phoebe Philo al frente de la firma. En una estructura negra construida especialmente para la ocasión, se presentó la propuesta para Primavera/verano 2019 del mismo diseñador que le quitó la tilde al logo de la marca. A diferencia de otras marcas que incluyen una mayor variedad de colores para el buen tiempo, la colección es la más oscura de Celine hasta la fecha al ser casi enteramente en negro (un rasgo distintivo del trabajo de Slimane). Los únicos toques de color los pusieron los brillos metalizados de las lentejuelas que cubren camisetas y algún vestido en color rojo, verde o amarillo. La primavera del diseñador francés está inspirada en la estética heroin chic, en aquellos vestidos que podría haber llevado Kate Moss en los 90. Tiene como protagonista el little black dress, cuyo largo se reduce al mínimo en formato baby doll, ceñido al pecho y de falda acampanada. El cuero o las hombreras son otros elementos que rescata el ex diseñador de Saint Laurent, quien, por primera vez en la historia de Celine, ha incluido también una línea masculina en el desfile.
En contraposición a la silueta ancha que caracterizaba la moda de su predecesora, Phoebe Philo, la nueva temporada de la marca francesa apuesta por las prendas ceñidas hasta el punto de ajustar incluso los trajes de chaqueta y pantalón. Son llamativos también los especiales complementos, como tocados negros con velo francés o la versión más fina de la corbata, la slim cravate, para acompañar los trajes.