El desfile primavera-verano 2019 de Longchamp celebrado en el marco de la New York Fashion Week ha sido un claro ejemplo de cómo elegir el front row a la perfección. Las absolutas protagonistas de entre todos los asistentes han sido Kate Moss y Poppy Delevingne, dos modelos de generaciones muy diferentes que han acaparado todos los flashes con unos estilismos que plasmaban a la perfección su estilo y adelantaban lo que iba a verse sobre la pasarela de la casa francesa. Las británicas son especialmente conocidas por su estilo bohemio con aires country, adjetivos que también podrían definir totalmente las nuevas propuestas de Longchamp para el verano que viene. Los flecos han sido los absolutos protagonistas de la presentación, y han invadido tanto chaquetas como camisas, vestidos, chalecos, shorts e incluso sandalias, lo que, sumado a los escotes criss-cross, los estampados animales y el uso de tejidos como el ante y el cuero terminaba de configurar una marcada estética western.