Tú a París y yo... a Milán. Así son los colores que han triunfado en cada una de las 'fashion week'
¿Cuál es tu capital de la moda favorita? Así ha triunfado el color en las dos 'fashion week' más importantes de Europa
Ni París es tan lluviosa como la pintan, ni en Milán luce el sol a todas horas. Ambas ciudades albergan las dos citas más importantes del circuito de pasarelas europeo y aunque el clima no siempre acompañe, el espíritu de ambas sí que se mantiene fiel a lo que podemos esperar de ellas... y de sus streetstylers. Blogueras y editoras, estilistas, directoras de moda, insiders... Todas caen rendidas, bien al chic parisien, bien al estallido de color de Milán, una por una y casi con la misma cadencia en que vamos tachando desfiles del calendario.
París, zona neutra y comedida. Milán, llena de color y alegría. ¿Cuál es tu capital de la moda favorita? Así ha triunfado el color en la fashion week de los últimos días.
París, zona neutra
La fashion week de París es puro chic parisien. El espíritu de Coco y monsieur Dior trasciende las prendas que se ven en la calle: da igual el rincón del mundo del que procedan, las editoras de moda, fotógrafas, estilistas y blogueras que se dan cita en París lo apuestan todo al neutro. Un look comedido y balanceado, que funciona en cada ocasión gracias a las prendas de corte ligeramente masculino, como el abrigo con cuadro Príncipe de Gales de Caroline Issa, con jersey de cuello vuelto en verde oliva y un infalible zapato blanco que combina con todo.
Los colores: toda la gama de los neutros, especialmente beis, tostados, verde aguamarinas y algún otro azul, además de crudo, nude, el no-negro o el gris, y tonos neutrales 'atípicos', como por ejemplo el amarillo.
En París funcionan especialmente bien los colores sólidos, con el efecto monocolor por encima del colorblocking especialmente si nos adentramos en tonalidades más atrevidas de los neutros convencionales. Miroslava Duma está impecable en el desfile de Balmain con esta gabardina de piel en azul petróleo, larga hasta los pies y dominada por el efecto oversize del cinturón y las solapas.
El monoblocking en dos piezas pero en un tono verde oliva apagado, con blazer de corte esmoquin con dos botones y escote en 'V' sin top por debajo, que deja ver la piel del cuello y complementa el tono de piel aceitunado de esta streetstyler, que se dejó caer por el defile de Elie Saab con lluvia y todo.
Helena Bordón, a las puertas del desfile de Balmain, con el tono arcilla que ha arrasado esta temporada (una mezcla entre marrón óxido y rojo que también hace las veces de neutro), con efecto pata de gallo con transparencias sobre un vestido-jersey. Los zapatos con print animal complementan el efecto del vestido porque el resto del look está completamente neutralizado.
En pasarela se lleva...
El monoblocking. Recupera el azul acero de Mira Duma entre otros colores, especialmente en los vestidos de manga larga vaporosos combinados con detalles ultra románticos, como medias de rejilla o lazos pussy bow en el cuello. También en los dos piezas que mezclan texturas y tonos dentro de la misma gama de color: punto con piel, chiffon de seda con tweed... Lo vimos en los desfiles de Chloé, Dior, John Galliano y Hermès.
El colorblocking no está vetado en París, aunque funciona mejor con los colores apagados y siempre en tonos de otoño, empezando por el hit de nueva temporada que ha sido el color arcilla, pero también el colorado con tintes de azul o morado y las prendas con prints o cuadros de inspiración brit, que mezclan tonalidades neutras con detalles o geometrías en algún otro color dominante del outfit.
El combinado black & blue, un clásico que no falla en los conjuntos de estilo masculino, y que también tiene su hueco en las calles de París en este juego de blazer entallado con maxicinturón, y pantalón 'pijamero' con efecto satinado. Imprescindible que tanto el tono de negro como el de azul se acerquen en la profundidad y peso del color, siempre buscando tonos intensos como el deep blue, el azul cobalto o el azul noche en combinación con un negro lo más puro posible.
El toque hip: la manicura de color rojo.
El negro total de Olivia Palermo a su llegada al desfile de Dior es un sueño hecho realidad: los tonos de negro no se anulan entre sí sino que se complementan, gracias sobre todo a: 1. El cuello levantado del abrigo y las gafas tintadas, que enmarcan perfectamente el color ciruela con trasfondo cereza de sus labios; 2. El cinturón con hebilla redonda estilo sixties, que estructura una falda larga, lisa y negra sin más adornos; 3. Y el escote con una triple abertura con pequeños pespuntes, muy romántico y que rompe con la pureza del resto de prendas.
En pasarela se lleva...
El blanco con geometrías. Una prenda dominante en blanco, incluidos jersey, pantalones, vestido o abrigo, combinada con otra de una textura completamente distinta dominada por las geometrías en tonos como en navy o el tostado. Lo vimos en los desfiles de Saint Laurent, Dries Van Noten, Guy Laroche y Lanvin.
El lado más romántico de París es el de los bordados, apliques, jaretas y ruffles de encaje con efecto bailarina, los contrastes en tul y los equilibrios en crudo y all black. Siempre, siempre con los zapatos a tono. Las estridencias se reservan para los accesorios, por ejemplo una cazadora biker + falda de tipo princesa o unas botas rockeras con un vestido boho.
Sienna Miller explora su lado más romántico en la Ciudad de la Luz con uno de sus icónicos maxivestidos boho con una babucha de charol sin tacones, y un abrigo largo a los pies de color negro y con bordados de flores.
Los prints no son prints en este blazer sin top por debajo, sino bordados de lentejuelas que cristalizan preciosas estrellas de mar sobre el tejido, atrapadas para siempre entre la solapa oversize y un pantalón oscuro de líneas rectas.
En pasarela se lleva...
Tonos apagados de la cabeza a los pies. Son colores que pertenecen a cualquier parte del espectro de la gama cromática pero que tienen un trasfondo gris, que les da ese aspecto apagado perfecto para los meses de otoño. En París se ha llevado de la cabeza a los pies con morados, tostados, aguamarinas o arcillas. Lo vimos en los desfiles de Elie Saab, Nina Ricci, Chloé y Dries Van Noten.
Milán, estallido de color
Milán es otro universo completamente distinto al de París: aunque ambas semanas de la moda se lleven apenas horas de diferencia, y las mismas caras que vemos en la capital francesa son las que viajan hasta la cuna italiana del buen vestir, el estilo y el uso del color es bien distinto en ambas pasarelas. París y Milán son un icono y una parada indispensable del circuito europeo, pero en pleno mes de febrero, una es fría y lluviosa y la otra comienza a adentrarse en los primeros días de la primavera.
Gala González, bloguera española y gallega de pro, con chaqueta fina con abanicos de colores y los vaqueros rectos que se llevan esta temporada, a su llegada al desfile de Emporio Armani.
Colorblocking de manual en marrón sobre óxido, con líneas de tamaño oversize tanto en el abrigo como en el dos piezas. Una vez más, la chaqueta va escotada sin top por debajo. Lo vimos en Milán y nos sirvió como perfecto ejemplo para...
... este otro look, prácticamente idéntico, con abrigo estilo batín cerrado a un lado de la cadera, en un tono marrón subido que gana luz y color al combinarlo con un jersey de cuello vuelto y manga larga en su azul complementario.
En pasarela se lleva...
El mix de colores y prints. Geometrías, estampado animal, acabado con print botánico de hojas de palmera, mezcla de texturas en piel y punto que juega con el color... En Milán vale todo, y más si nos lanzamos a la hora de explorar las posibilidades del estampado con color. Lo vimos en los desfiles de Blugirl, Bottega Veneta, Etro y Missoni.
Este estallido de prints gemelos sería muy difícil de encontrar en París: el twinning entre las chicas de la moda ha vuelto a hacer de las suyas en las calles de Milán. ¿Qué mejor que formar un dream-team de colores vivos y estampados para asistir a la misma pasarela italiana en la que desfilan Dolce & Gabbana o Versace?
Chiara Ferragni con uno de sus mejores looks 'ever': un pantalón de estilo saltimbanqui con rayas verticales en blanco y negro, y un jersey de punto cropped con una abertura debajo del pecho, en color rojo con rayas horizontales a juego. Como complementos, unas gafas de estilo sixties blancas y...
... estos increíbles loafers de plataforma, con hebillas clásicas en la puntera e incrustaciones de perlas en el tacón. Imaginación al poder.
El rojo ha sido el color dominante de Milán, tanto en sus calles como sobre la pasarela. No nos ha quedado duda que este color potente será uno de los protagonistas del próximo otoño-invierno, transformando los tonos grises y apagados de la estación en un universo de oportunidades en tonos vibrantes y llenos de energía. Romee Strijd, súper sexy con un overall de cuero rojo en el desfile de Missoni, probablemente posteando un selfie en redes sociales de su look de 10.
En pasarela se lleva...
Los tonos ácidos de invierno. Limón, verde menta, agua marina, fresa... son tonos sorbete que nos pondríamos en verano, y que la fashion week de Milán descontextualiza, integrándolos en looks con prendas de piel de pelo, bufandas de punto, cardigans, blazers y prendas de cachemira. Lo vimos en los desfiles de Blugirl, Dolce & Gabbana y Giorgio y Emporio Armani.
Las chicas milanesas no le tienen miedo a nada, especialmente al color: tonos ácidos, complementos con geometrías (atención a las correas desmontables y personalizables de los bolsitos de Fendi), vaqueros desteñidos, accesorios llenos de color... ¡Viva Milán!
Incluso las prendas neutras, como un tejido vaquero en azul denim clásico, pueden volverse un poquito rebeldes cuando asisten a un desfile en la ciudad italiana, por ejemplo transformando una sudadera con capucha en una prenda interior al combinarla por debajo de un pichi o de un peto con falda, o usando el combo de la temporada medias de rejilla + cazadora biker.
Back to basis con Gilda Ambrosio de camino al desfile de Alberta Ferretti. Vaqueros de corte clásico con camiseta blanca básica, y un abrigo de piel de pelo que añade color gracias a los juegos geométricos en negro y marrón caramelo, con gafas de sol a tono de estilo sixties.
En pasarela se lleva...
Los destellos de rojo escarlata. En prendas dominantes, como esta shacket de piel o un top de punto bajo un morado en degradé, pero sobre todo en los complementos, como las botas-calcetín y las botas mosqueteras pegadísimas a la piel. Lo vimos en las colecciones de Tods, Fendi y Versace.