Prada inauguró el segundo día de desfiles en el calendario de Milan Fashion Week para presentar su colección Otoño/Invierno 2024 en los salones de su base de operaciones, la Fondazione Prada. Sus invitados se adentraron en un espacio industrial repleto de elementos naturales: los suelos habían sido reemplazados por láminas de vidrio, que dejaban ver un jardín de flores subterráneo. En línea con la estética futurista de Miuccia Prada y Raf Simons, exponen así las contradicciones de nuestra relación con la naturaleza en un mundo digital. La mirada revisionista que Prada impuso durante la década de los 90 motivó a sus directores creativos a explorar los errores (y horrores de la histora), bajo el lema de "mirar hacia atrás para seguir hacia adelante".
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Sellos de la feminidad, como los vestidos satinados, la lencería o los lazos, se resignifican en esta colección. La dualidad de sus diseños -sastrería masculina con lencería femenina en un mismo look- busca exponer el absurdo sin llegar a la opulencia. Los gorros de estilo vintage -que recuerdan a los de los policías, soldados o pilotos- fueron forrados con terciopelo, mientras que las gafas simulaban la forma de un delineado de ojos. De los brazos de los modelos, colgaban bolsos de Prada, sujetados únicamente por un cinturón.
Prada inauguró el segundo día de desfiles en el calendario de Milan Fashion Week para presentar su colección Otoño/Invierno 2024 en los salones de su base de operaciones, la Fondazione Prada. Sus invitados se adentraron en un espacio industrial repleto de elementos naturales: los suelos habían sido reemplazados por láminas de vidrio, que dejaban ver un jardín de flores subterráneo. En línea con la estética futurista de Miuccia Prada y Raf Simons, exponen así las contradicciones de nuestra relación con la naturaleza en un mundo digital. La mirada revisionista que Prada impuso durante la década de los 90 motivó a sus directores creativos a explorar los errores (y horrores de la histora), bajo el lema de "mirar hacia atrás para seguir hacia adelante".
Sellos de la feminidad, como los vestidos satinados, la lencería o los lazos, se resignifican en esta colección. La dualidad de sus diseños -sastrería masculina con lencería femenina en un mismo look- busca exponer el absurdo sin llegar a la opulencia. Los gorros de estilo vintage -que recuerdan a los de los policías, soldados o pilotos- fueron forrados con terciopelo, mientras que las gafas simulaban la forma de un delineado de ojos. De los brazos de los modelos, colgaban bolsos de Prada, sujetados únicamente por un cinturón.