El desfile Alta Costura Primavera/Verano 2024 de Valentino pasará a la historia como la primera presentación que la marca romana organiza en el salón de su atelier de la Place Vendôme, donde se confeccionaron a mano algunas de las piezas que conformanLe Salon. Las modelos descendieron elegantemente, recordando a los tiempos de Balenciaga o Monsieur Dior, por unas escaleras en espiral, creando así una ola de intensos colores, desde el naranja hasta el turquesa, un morado profundo o aquel fucsia que la firma propularizó antes que Barbie, en 2022. Cada tonalidad viva se plasma en una textura distinta, que pasa por la fluidez de un vestido completamente traslúcido, la rigidez de una falda trapecio o la grandiosidad de un abrigo de plumas. Flecos, grandes tachuelas metálicas, exquisitos drapeados... son incontables los detalles que captan nuestra atención por un segundo apenas, antes de dar paso al siguiente look, incluso más imponente que su predecesor. Pierpaolo Piccioli reincide en su misión de trasladar la magia de la hautecouture, esa habilidad técnica que se les exige a las artesanas, a prendas que podamos usar en el día a día, de ahí que también veamos estilismos que podríamos llevar sin inconvenientes a la oficina. Eso sí, que no falten unos guantes de ópera ni gargantillas XXL.
El desfile Alta Costura Primavera/Verano 2024 de Valentino pasará a la historia como la primera presentación que la marca romana organiza en el salón de su atelier de la Place Vendôme, donde se confeccionaron a mano algunas de las piezas que conformanLe Salon. Las modelos descendieron elegantemente, recordando a los tiempos de Balenciaga o Monsieur Dior, por unas escaleras en espiral, creando así una ola de intensos colores, desde el naranja hasta el turquesa, un morado profundo o aquel fucsia que la firma propularizó antes que Barbie, en 2022. Cada tonalidad viva se plasma en una textura distinta, que pasa por la fluidez de un vestido completamente traslúcido, la rigidez de una falda trapecio o la grandiosidad de un abrigo de plumas.
Flecos, grandes tachuelas metálicas, exquisitos drapeados... son incontables los detalles que captan nuestra atención por un segundo apenas, antes de dar paso al siguiente look, incluso más imponente que su predecesor. Pierpaolo Piccioli reincide en su misión de trasladar la magia de la hautecouture, esa habilidad técnica que se les exige a las artesanas, a prendas que podamos usar en el día a día, de ahí que también veamos estilismos que podríamos llevar sin inconvenientes a la oficina. Eso sí, que no falten unos guantes de ópera ni gargantillas XXL.
El desfile Alta Costura Primavera/Verano 2024 de Valentino pasará a la historia como la primera presentación que la marca romana organiza en el salón de su atelier de la Place Vendôme, donde se confeccionaron a mano algunas de las piezas que conformanLe Salon. Las modelos descendieron elegantemente, recordando a los tiempos de Balenciaga o Monsieur Dior, por unas escaleras en espiral, creando así una ola de intensos colores, desde el naranja hasta el turquesa, un morado profundo o aquel fucsia que la firma propularizó antes que Barbie, en 2022. Cada tonalidad viva se plasma en una textura distinta, que pasa por la fluidez de un vestido completamente traslúcido, la rigidez de una falda trapecio o la grandiosidad de un abrigo de plumas.
Flecos, grandes tachuelas metálicas, exquisitos drapeados... son incontables los detalles que captan nuestra atención por un segundo antes de dar paso al siguiente look, incluso más imponente que su predecesor. Pierpaolo Piccioli reincide en su misión de trasladar la magia de la hautecouture, esa habilidad técnica que se les exige a las artesanas, a prendas que podamos usar en el día a día, de ahí que también veamos estilismos que podríamos llevar sin inconvenientes a la oficina. Eso sí, que no falten unos guantes de ópera ni gargantillas XXL.