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Ya es casi impensable la existencia de un desfile de Stéphane Rolland sin la presencia de Nieves Álvarez, eterna musa para el diseñador francés. La modelo y presentadora española lleva años presidiendo las pasarelas del couturier, por lo que es considerada como su única e indiscutible musa. La madrileña, que presume de más de tres décadas de impresionante carrera en la moda, se ha convertido (para sorpresa de nadie) en la protagonista absoluta del desfile Alta Costura Otoño-Invierno 2023-2024 de su querido amigo, un espectáculo inspirado en la ópera y celebrado, convenientemente, en el interior de la Ópera Garnier de París.
Rolland ha presentado siluetas altamente estructuradas, con cortes limpios y un enfoque basado en el blanco y el negro como colores protagonistas. Los contrastes entre tejidos ligeros, como el tul, y otros más pesados atrapan la mirada casi tanto como sus complementos. Desde pendientes XXL en intenso rojo, hasta capuchas metálicas o extravagantes apliques dorados que se enroscan alrededor del cuello, los accesorios componen el punto fuerte de la colección. Por lo demás, Rolland ha logrado crear, como en tantas otras ocasiones, piezas que encapsulan perfectamente el carácter poderoso que identifica a su firma homónima desde hace 15 años.
Ya es casi impensable la existencia de un desfile de Stéphane Rolland sin la presencia de Nieves Álvarez, eterna musa para el diseñador francés. La modelo y presentadora española lleva años presidiendo las pasarelas del couturier, por lo que es considerada como su única e indiscutible musa. La madrileña, que presume de más de tres décadas de impresionante carrera en la moda, se ha convertido (para sorpresa de nadie) en la protagonista absoluta del desfile Alta Costura Otoño-Invierno 2023-2024 de su querido amigo, un espectáculo inspirado en la ópera y celebrado, convenientemente, en el interior de la Ópera Garnier de París.
Rolland ha presentado siluetas altamente estructuradas utilizando el blanco y el negro como hilo conductor. Los contrastes entre tejidos ligeros, como el tul, y otros más pesados atrapan la mirada casi tanto como sus complementos. Desde pendientes XXL en intenso rojo hasta capuchas metálicas o extravagantes apliques dorados que se enroscan alrededor del cuello, los accesorios componen el punto fuerte de la colección. Rolland ha logrado crear, como en tantas otras ocasiones, piezas que encapsulan perfectamente el carácter poderoso que identifica a su firma homónima desde hace 15 años.
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