Entre todas las mujeres del mundo, se dice que las parisinas tienen una sofisticación effortless casi imposible de emular, romantizada tanto en la moda como en el cine desde hace décadas. Para su colección Alta Costura Otoño/Invierno 2023-2024, presentada a orillas del Sena, Virginie Viard se basó en las contradicciones que han hecho de Caroline de Magret o Vanessa Paradis unos iconos de estilo: “Jugar con los opuestos y los contrastes, con despreocupación y elegancia, es como pararse en una línea entre fuerza y delicadeza, que en CHANEL es lo que llamamos encanto”, explicó la directora creativa.
La feminidad de los motivos florales, los encajes y las gasas de seda en sus vestidos se contrapone con la masculinidad de sus chalecos, abrigos y pantalones de traje, construyendo el armario híbrido perfecto de la parisina moderna. Ni siquiera los complementos se distancian de esta idea, intrínsecamente unida a la historia de la casa, pues fueron las it-girls de la capital quienes pusieron de moda las cestas de mimbre (para llevar frutas, flores o lo que fuese) con merceditas en los años 70.
- Carlota Casiraghi se apunta a la tendencia 'Barbie' y actualiza su traje de minifalda en París
Entre todas las mujeres del mundo, se dice que las parisinas tienen una sofisticación effortless casi imposible de emular, romantizada tanto en la moda como en el cine desde hace décadas. Para su colección Alta Costura Otoño/Invierno 2023-2024, presentada a orillas del Sena, Virginie Viard se basó en las contradicciones que han hecho de Caroline de Magret o Vanessa Paradis unos iconos de estilo: “Jugar con los opuestos y los contrastes, con despreocupación y elegancia, es como pararse en una línea entre fuerza y delicadeza, que en CHANEL es lo que llamamos encanto”, explicó la directora creativa.
La feminidad de los motivos florales, los encajes y las gasas de seda en sus vestidos se contrapone con la masculinidad de sus chalecos, abrigos y pantalones de traje, construyendo el armario híbridoperfecto de la parisina moderna. Ni siquiera los complementos se distancian de esta idea, intrínsecamente unida a la historia de la casa, pues fueron las it-girls de la capital quienes pusieron de moda las cestas de mimbre (para llevar frutas, flores o lo que fuese) con merceditas en los años 70.
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