Ha sido el turno de la presentación de Carolina Herrera en la Fashion Week de Nueva York. La colección propuesta por el diseñador Wes Gordon, se inspira en un concepto de dicotomía entre la disciplina y la grandeza de ‘Sisi’, la Emperatriz Isabel de Austria. Con el desfile se inicia la temporada, caracterizada por la adopción de la belleza sin complejos y el dramatismo, como anuncia su creador.
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A través de los outfits se explora el concepto de opulencia extrema y lo que significa hoy en día, es decir, en cómo se siente una mujer vistiendo las prendas de su atelier.
Vestidos con escotes retratos, pliegues románticos en espiral, texturas de terciopelo y tafetán negro, prendas de punto, drapeados y de más características empoderan a la mujer con la fuerza y la presencia de la corte de los Habsburgo, reafirmando el sentido que tiene la colección. El elemento más importante, la cristalería Swarovskique acompaña a muchos de los conjuntos de la firma venezolana.
En definitiva, Carolina Herrera ha decidido transformar a las mujeres que llevan su marca en emperatrices modernas, formando así un bonito tándem entre la libertad y el romanticismo.
Llegó el momento de conocer las novedades de Carolina Herrera en la Fashion Week de Nueva York. La colección propuesta por el diseñador Wes Gordon, actual director creativo de la firma, se inspira en un concepto de dicotomía entre la disciplina y la grandeza de Sissi, la emperatriz Isabel de Austria.
A través de los looks se explora el concepto de opulencia extrema y lo que significa hoy en día, es decir, en cómo se siente una mujer vistiendo las prendas de este atelier. Sobre la pasarela, vestidos con escotes retratos, pliegues románticos en espiral, texturas de terciopelo y tafetán negro, prendas de punto, drapeados... y de más características que empoderan a la mujer con la fuerza y la presencia de la corte de los Habsburgo, reafirmando el sentido que tiene la colección. El elemento más importante, la los cristales de Swarovskique acompaña a muchos de los conjuntos de la marca.
En definitiva, Carolina Herrera ha decidido transformar a las mujeres que llevan su marca en emperatrices modernas, formando así un bonito tándem entre la libertad y el romanticismo.
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