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Si algo han tenido en común las colecciones para la temporada Primavera/Verano 2021, es el optimismo ante los tiempos difíciles. Isabel Marant no ha sido una excepción, con la puesta en escena de un desfile a modo de discoteca, circunstancias que ya nos resultan lejanas e incluso incómodas. Marant nos situó en un gran salón del Palais Royal, habitual recinto de la Paris Fashion Week, convertido en atmósfera de fiesta, con música tecno y luces estroboscópicas que cambiaban de color según las prendas de los modelos y los bailarines. La diseñadora mantuvo la silueta ochentera característica de la firma, aunque se permitió explorar con la paleta de colores para crear diferentes ambientes. Las mangas abullonadas, que tanta sensación causaron este verano, se apoderaron de los tops, las cazadoras y los vestidos, mientras que los pantalones se mantuvieron holgados, de pernera bombacha. ¿Y en el calzado? Marant recurrió a las confiables botas cowboy que ya son frecuentes en sus desfiles e incorporó chaquetas de flecos a juego para reforzar su marca personal. A medida que la música cogía fuerza, los bailarines corrían al acelerado ritmo de la misma, cruzándose con los modelos para, finalmente, culminar en un abrazo, que es quizá lo que todos más añoramos ahora.
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