Los cuadros escoceses de los clásicos trench de Burberry se tiñieron con los colores del arcoíris para celebrar uno de los desfiles más esperados de la London Fashion Week. El director de la firma, Christopher Bailey, decía adiós a la que fue su casa durante los últimos 17 años, marcando el fin de una era con un pase que rindió homenaje a la diversidad y a la tolerancia. Cara Delevingne fue la encargada de cerrar un show envuelta en un abrigo multicolor que reafirmaba el mantra love is love de esta colección para la próxima primavera que ya se puede comprar en tiendas físicas y online.