En cuanto a la paleta cromática, el diseñador apuesta, básicamente, por tres colores: rojo, blanco y negro, en acabado satinado, lo que acentúa el aire festivo de la colección. Los estampados son residuales y se apuesta por ‘looks’ monocolor. Así, Jorge Acuña nos traslada a un mundo de 'glamour' y elegancia, propio del séptimo arte.
Erroz, una moda anual que no entiende de edades aterriza en MBFWMPor Olivia de la Torre