Marchesa, Michael Kors, Anna Sui... modernidad y 'glamour' invaden Nueva York
Los diseñadores han presentado sus propuestas en la recta final de la pasarela neoyorquina
Anna Sui
La diseñadora norteamericana recupera la sofisticación y el glamour que caracterizó la Belle Époque parisina en la confluencia de los siglos XIX y XX, para dar vida a su nueva colección de cara al próximo otoño-invierno: vestidos babydoll en color negro, con profusión de volantes, ribetes, encajes y brocados, que se combinan con sofisticadas botas a la rodilla y espectaculares tocados rematados con plumas. Su lado menos excéntrico recurre a los estampados con motivos florales, en tonos naranjas y azulones, y recurrentes medias bordadas en encaje.
Proenza Schouler
Los diseñadores Jack McCollough y Lazaro Hernandez tampoco faltaron a la cita con la pasarela neoyorquina. Bajo el nombre de Proenza Schouler, los creadores presentaron una exquisita colección basada en a simetría, donde los motivos geométricos definen y ajustan la silueta femenina a base de superposiciones de colores y tejidos. El negro, el color estrella, se realza gracias a los azules, dorados y platas en los vestidos, y se combina con los camel y grises de aspecto tweed a la hora de dar vida a faldas, chaquetones y shorts en su versión más sport.
Michael Kors
La supermodelo Carmen Kass fue la invitada de excepción del desfile de Michael Kors en Nueva York, sin duda un gran acierto a la hora de dar vida a la extensa colección de prendas de inspiración lady del diseñador: faldas lápiz y chaquetas de corte sastre afinadas en la cintura, que recuerdan a la moda propia de los años cuarenta. El negro, segundo invitado de la noche, da vida a los vestidos y algún que otro pantalón pitillo, con excéntricas pinceladas en tonos neón (naranja, fucsia, amarillo limón) y blanco en forma de maxijerséis. Las noches brillan con las habituales paillettes y el estratégico escote asimétrico.
Marchesa
Las propuestas de la firma Marchesa se presentaron con las modelos inmóviles sobre blancas plataformas, alrededor de las cuales, celebrities como las supermodelos Natalia Vodianova y Helena Christensen, o la actriz Diane Krueger, se movían admirando las tendencias para el otoño-invierno 2009-2010. Vestidos sacados de un cuento de hadas, en tonos empolvados y negros, que se rematan con los consabidos encajes y pieles teñidas. No faltaron tampoco las habituales flores, seña de identidad de la diseñadora, Georgina Chapman, en ecotes y bajos, y los juegos de volúmenes en las faldas de tul.
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