Una Alta Costura comedida, pero llena de ingenio, llega a su fin

Tres días, sólo tres, han sido suficientes para que París hiciera olvidar por un momento la crisis que se vive. Si el color fue austero sobre la pasarela, el ingenio de los diseñadores no parece atravesar malos tiempos. Ayer, la Alta Costura parisina echó el cierre a sus presentaciones para primavera-verano 2009. Una última jornada en la que se pudieron ver las propuestas de las firmas Josep Font, Elie Saab, Jean Paul Gaultier y Valentino.

Elie Saab
El diseñador libanés, que contó con las actrices Elsa Pataky y Mischa Barton entre sus invitadas al desfile, presentó una colección muy comedida en cuanto a color, pero muy rica en acabados y detalles. Como referentes, el Lejano Oriente, que queda patente en los bordados y en las mangas amplias que recuerdan a los quimonos, y el cine de los años 30, matizado con líneas románticas de aspecto ‘vintage’; que bien podían haber enamorado a Jean Harlow. Todo ello crea una colección muy femenina y glamurosa.

Jean Paul Gaultier
También comedido en colores fue Jean Paul Gaultier. El blanco y negro domina su pasarela, que se inspira en el músico Klaus Nomi y en la cultura española. Referentes que llenan la pasarela de ricos bordados, algunos con forma de notas musicales y pentagramas; peinetas y mantillas. Pero el homenaje más sentido que realizó el ‘enfant terrible’ de la moda francesa fue a Yves Saint Laurent, al que consideró siempre un maestro. Para ello, se inspiró en su prenda más emblemática, el esmoquin, y lo transformó, por ejemplo, en vestidos. Un detalle curioso de su presentación fue la presencia de una de las modelos más significativa de los años 80, Inès de la Fressange. Con su gran amiga, cerró el desfile en una divertida carrera sobre la pasarela.

Valentino
No sin alejarse de esta sobriedad cromática, la firma Valentino arriesga en París con una colección en la que también se pudieron ver un festival de verdes, rojos, naranjas y azules. Una comedida explosión cromática que, como si fueran fuegos artificiales, acompañaban al triunfo de esta primera colección de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Picciolo para esta casa italiana. En primera fila, su fundador, Valentino Garavani, vio cómo sus sucesores recreaban en la pasarela algunos de los clásicos de la marca como la femineidad de las líneas, los apliques de pedrería y plumas, y esa elegancia siempre perenne en cada una de las creaciones.

Josep Font
En su tercera incursión en la Alta Costura parisina, Josep Font se zambulle en el mar para recrear una colección onírica y muy conceptual. Del universo marítimo encuentra mil y un motivos que dan forma a sus prendas: rocas, olas, redes, peces, ostras y estrellas de mar. Y, como tejidos, tul, encaje, ‘chantillies’, ‘guipures’ y macramés. Todo ello, se salpica de aplicaciones de plumas en referencia a las aves que sobrevuelan las aguas marinas y las primeras sirenas, que, en su origen, eran mitad mujer mitad ave.