Propuesta de Dolores Cortés para la primavera-verano 2008.
Propuesta de Guillermina Baeza para la primavera-verano 2008.
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Sobre la pasarela, el sonido de fondo del mar. Algo más que justificado para que Guillermina Baeza presentara sus nuevas propuestas de baño para el próximo verano. Todo un acontecimiento porque, con Dolores Cortés (que desfiló a continuación), se estrenaba por vez primera en la pasarela madrileña. Y es que hasta esta 46ª edición de Pasarela Cibeles, el único diseñador que mostraba este tipo de prendas (además de su espectacular lencería) era Andrés Sardá.
La diseñadora propone una sofisticada serie de bañadores, biquinis y triquinis con cortes asimétricos, drapeados, tirantes cruzados sobre el pecho o la espalda, e incluso, originales hombreras. Como complementos, amplios blusones y pareos con elegantes estampados geométricos y florales, acompañados por cuñas de esparto, amplios collares y, como no podía ser de otro modo, grandes gafas de sol. Azul, naranja, malva, rojo, negro, verdes y los brillos fueron su gama cromática preferida y, desde el punto de vista de los materiales, la lycra y los tejidos tecnológicos.
Dolores Cortés: predominio del color
Esta veterana diseñadora de moda de baño femenina propone un verano marcado por el cromatismo intenso de los colores puros, conjugándolos con los tonos complementarios, así como una profusión de juegos ópticos a través de motivos geométricos que se inspiran en llamado grupo Memphis, un histórico grupo de artistas italianos que revolucionó durante los años ochenta el mundo del diseño con sus vanguardistas creaciones, muchas de las cuales mostraban influencias del Art Decò y el Pop Art.
La mayor parte de sus modelos de biquinis y triquinis muestran líneas fuertemente estructuradas, con profusión de superposiciones y un claro gusto por la mezcla de materiales como el vinilo, el látex o el plexiglás, lo que da lugar a acabados contrastados y a realzar los efectos ópticos. Tonos como el cobalto, los tonos flúor o plateados son sus apuestas cromáticas. Dolores Cortés prestó también especial atención a los complementos, muy ochenteros, entre los que cabe destacar los brazaletes, las viseras, enormes gafas de sol o anchos cinturones de plástico.