Christian Lacroix Alta Costura otoño-invierno 2007-2008.
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Givenchy Alta Costura otoño-invierno 2007-2008.
A pesar de algunos atisbos de sobriedad, Christian Lacroix sigue prefiriendo navegar en una moda barroca, en la que el exceso prevalece sobre todas las cosas. Nada más empezar el desfile, este gusto quedó más que patente: elegante, la modelo Caroline Trentini salió a la pasarela con un abrigo recto con mangas muy amplias, bordados con aplicaciones de cristal y plumas de avestruz a modo de hombreras, sobre vestido largo negro con lazada en la cintura y collar de enormes perlas.
En general, Lacroix juega con estos elaborados abrigos que se combinan con vestidos, en comparación, mucho más sencillos. La mezcla de estampados y tejidos, colores empolvados y grandes volúmenes en hombros, mangas y faldas son constantes de su colección, en la que se decanta por líneas que recuerdan a los siglos XVIII y XIX.
Givenchy
Cada vez más cómodo y resuelto en su faceta de diseñador de la mítica casa Givenchy, Ricardo Tisci sigue decantándose por una moda muy estudiada, pero que, a diferencia de anteriores presentaciones, ha huido de una puesta en escena teatral. Sin embargo, esto no ha mermado la capacidad de este creador para sorprender con diseños vanguardistas que perduran en la retina de aquellos que los contemplan.
En la primera parte de su desfile, Tisci juega con combinaciones de chaquetas entalladas y pantalones pitillo, que, en su defecto, se sustituyen por botas de altísima caña o medias tupidas a juego con el resto del conjunto. Y, todo ello, con una cuidadosa elección de los acabados, sobre todo en piel: aplicaciones de pelo a modo de faldas o ribetes, estampados animales en degradé, llamativos chalecos... Pero, poco a poco, su pasarela fue volviéndose más fluida para concluir con una serie de vestidos de noche en los que se presentan drapeados que recorren todo el cuerpo.