La diseñadora gallega fue la encargada de poner el punto y final a la penúltima jornada de la Pasarela Cibeles con una colección dirigida a una mujer urbana, dinámica y con un puntito de sofisticación. Aspectos que se materializan en pantalones de talles altos, faldas con profundas pinzas, vestidos desentallados, camisas-vestido o amplios chaquetones y abrigos que contrastan con capas cortas plenas de volumen.
Volvemos a ver en su desfile una de las constantes que se han podido ver en la pasarela madrileña: el gusto por las superposiciones y los efectos volumétricos controlados. Los detalles de pasamanería y la utilización de lazos y de tiras de lana rematan escotes y mangas de camisas, capas y abrigos. En cuanto a los tejidos, la lana de pelo largo, el punto, los rasos o las sedas de lúrex han protagonizado unas prendas indicadas para vestir el día. Sin embargo, para las grandes ocasiones, Kina Fernández apuesta por el raso, la organza o el terciopelo de seda, materiales que dan forma a minivestidos de corte imperio con estudiados plisados y drapeados que sirven para rematar escotes y tirantes.
En cuanto a los colores, la diseñadora ha optado por tonos como el blanco roto, el dorado, los grises, el rojo o los ocres. Tampoco se ha olvidado de los complementos como bolsos con detalles de pasamanería, botines y zapatos de plataforma, así como gorros y bufandas de punto. En definitiva, unas propuestas muy femeninas acordes con una mujer a quien le gusta vestir mezclando la sofisticación con un cierto desenfado.