Poco a poco, el diseñador David Delfín va perfilando un cambio de estilo en
el que el patronaje clásico convive con otras líneas mucho más
vanguardistas. De hecho, su desfile se presentaba, tal y como señalaba en su
comunicado previo al pase, como “un cambio, una mudanza, no de lugar, sino
de pensamiento”. Para matizar este concepto, sobre la pasarela se colocaron
diversos objetos amontonados (cajas, percheros, maniquíes…), que, durante el
desfile, unos chicos con pasamontañas fueron retirando. Tal imagen, junto a
la música de instrumento de cuerda que sonaba, creó una atmósfera
interiorista y expectante.
Abrió el desfile la modelo Bimba Bosé –una de las componentes de la
firma Davidelfin- envuelta en una gruesa manta gris. Segura y hierática, dio
pase a una presentación que comenzaba reproduciendo prendas de líneas de
patrón clásico que, al final de la presentación, se rompían con nuevas
concepciones. Y es que, en esta parte del pase, David vuelve a sorprender
con una capacidad de innovación muy marcada. Por ejemplo, este malagueño
reinterpreta la idea establecida de una gabardina o un frac, y, para ello,
rompe la forma original de esta prenda, aunque sin perder sus detalles
definitorios, y la transforma en vestidos, ‘tops’ o pantalones. Y, todo
ello, lo acompaña de un espectáculo creativo muy aplaudido, sobre todo
patente en la utilización de sillas de madera que transforma, por ejemplo,
en aros que se unen unos a otros creando bolsos y mochilas, o llamativos
tocados en forma semejante a la peineta sobre la que descansa una
mantilla.
Y en cuanto al color, su pase se caracterizó por la sobriedad, marcada por la preponderancia del gris, blanco, negro y beis. No obstante, no faltaron algunos rasgos propios de su estilo, como la adopción de cortes masculinos en sus
diseños femeninos; o matices militares.