Si en los primeros desfiles de la mañana, veíamos algunos diseños inspirados en París, esta ciudad europea, cuna de la moda mundial, también sirve de punto de referencia para la colección de la creadora Kina Fernández, que, en concreto, centra su visión creadora en el mundo de la música, el arte y la danza parisina, así como en la pintura a la mode de Boldini. Romanticismo y toques aristocráticos se fusionan en unas líneas femeninas y muy modernas, estilo con el que cada temporada nos deleita la diseñadora gallega.

La mujer que propone Kina Fernández lleva románticas camisetas con encaje y jaretas en la pechera, pantalones ceñidos con líneas paralelas, que más bien parecen ‘rayajos’ hechos aleatoriamente. Los abrigos tienen especial protagonismo y se presentan en diferentes hechuras: tres cuartos, con mangas quimono y tipo ‘trench’. Asimismo, destacan sus prendas confeccionadas en punto y con tejidos metalizados, y los botones, que aparecen aquí y allá, creando a veces una triple botonadura. Muy aplaudidos fueron sus vestidos de noche, con corte imperio y boleros a juego. Y, para terminar, señalar la sobria paleta de colores que propone (blanco roto, gris, negro, oro…), salpicada por pinceladas en rojo sangre.

Locking Shocking
Con el inspirador título de Foreigner, la firma Locking Shocking nos mostró una colección tanto para mujer como para hombre que busca “la necesidad de nuevos horizontes, de viajar hacia nuevos espacios no explorados por uno mismo, de sentir el camino que se pisa por primera vez, pero con zapatos anteriormente usados”, según nos explican los creadores de esta marca. Esta propuesta filosófica de intenciones se plasma en una colección que se caracteriza por el uso de prendas superpuestas, cortes asimétricos, desestructurados y de estampados florales, que parecen sacados de un antiguo baúl. Destacaron sus trabajos en cuero negro (pantalones muy ceñidos y chaquetas entalladas) y sus creaciones que dejan ver no sólo su apariencia externa, sino también su interior. Es decir, por ejemplo, una falda podía tener una cinturilla tan alta, que se daba la vuelta para mostrarnos el forro, que es lo que queda oculto en la moda.

Curiosa fue la puesta en escena. Con un gran panel de televisiones que reprodujo un collage de imágenes antes al pase, los modelos desfilaban como es habitual: salían de backstage para acercarse a los fotógrafos situados a pie de pasarela y, posteriormente, retornar al punto de inicio; o, por el contrario, lo hacían en sentido inverso. Y, a pesar de algún resbalón, que solventó con maestría la modelo Marta Español, la ovación final fue unánime.

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