El arte pop, Andy Warhol, Roy Lichenstein, el movimiento glam… Distintas vertientes artísticas que se fusionan con maestría en el desfile de Agatha Ruiz de la Prada para perfilar la moda que se llevará durante la temporada de otoño-invierno 2006-2007.

Aunque, cada vez más, sigue apostando por una moda mucho más funcional, no deja de lado su particular visión del diseño, que le hizo crear el llamado ‘universo Agatha’. Sus tradicionales estampados de corazones o flores siguen presentes en unas prendas que, a pesar de ser confeccionadas con líneas muy amplias, se ciñen a la cintura para buscar una femineidad mucho más pronunciada. Como contrapunto a estas líneas globo, évasée y trapecio, nos encontramos con monos y pantalones pitillo en tejidos metalizados o con purpurina, a juego con bolsos y zapatos. Los años 60 y 70 no sólo son patentes en el patronaje, también los estampados elegidos nos hacen viajar atrás en el tiempo. Además, se encuentran ciertos detalles inspirados en el romanticismo de las novelas inglesas del siglo XIX.

Como cierre del desfile, la creadora madrileña adelantó algunos de los vestidos de novia, que presentará en junio, tras su acuerdo con Grupo Nupcial. Marina Pérez , una de las modelos españolas más internacionales, fue la encargada de abrir esta muestra nupcial con un vestido de línea recta ligeramente évasée con corazones de paillettes de varios colores cosidos en el bajo de la falda. Tras ella, desfiló Raica Oliveira, con vestido de pronunciado corte ‘Baby Doll’; Eugenia Silva, con original modelo de sinuoso volumen; y Carmen Kass, que cerró el pase con una creación confeccionada con capas y capas de tul rosa plisado.

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