Carmen Kass ha sido la gran protagonista en el arranque de esta edición de Cibeles.
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Propuesta de Lemoniez para el otoño-invierno 06-07.
A primera hora de la mañana, Carmen Kass recibía a la prensa en lo que suponía su presentación como modelo estrella de la 43ª edición de la Pasarela Cibeles, que, en esta ocasión, se desarrollará durante cinco día en vez de cuatro e incluirá nuevas figuras del diseño como Victorio & Lucchino o Lydia Delgado. Con un look muy casual y sin mucho maquillaje, la modelo estonia, de 27 años, nos demostraba su imagen más humana lejos de la enigmática presencia que tiene sobre la pasarela. De este modo, nos desvelaba algunas anécdotas de su vida: “Comencé a practicar ajedrez con tres años, ya que mi padre era profesor de este juego. A los diez lo dejé, pero con el tiempo volví a retomar su práctica, pues con la profesión de modelo notaba como que el cerebro me encogía”.
También habló de sus intereses políticos (hay que recordar que, en 2004, se presentó a las elecciones para el Parlamento Europeo como miembro del partido Res Publica, de su país natal). “Actualmente, mi carrera política está parada, no hago nada. Mi intención de ser eurodiputada fue un fracaso. No me gusta decir nunca jamás, pero, en cuanto a volver a vincularme a este terreno, no creo que lo haga pues tengo en cuenta que es duro y se requiere mucha responsabilidad”, afirmó Carmen Kass.
Además, desveló que la historia de que fue descubierta mientras se encontraba en un supermercado de Tallín, su pueblo natal, es una leyenda: “Realmente me descubrieron cuando yo asistía a una escuela de ‘maniquíes’ –recalcó que era de maniquíes, no de modelos-. No tenía mucho interés, pero era la única forma de poder ir a la capital a estudiar. Un día, vino un cazatalentos italiano y me vio. Ahí comenzó todo”.
Lemoniez
Rauda y veloz, la esbelta y guapa Carmen Kass se marchó a prepararse para el desfile de Fernando Lemoniez. El diseñador vasco ha sido el primero en mostrar su colección para el otoño e invierno de 2006-2007, temporada cuyas tendencias son las que se desvelarán en esta edición de Cibeles. Una sobriedad y un clasicismo adscrito a líneas masculinas fueron las características principales del nuevo estilo que propone. Así, destacan los chalecos muy cortos, los pantalones de pinzas con pernera recta, los abrigos amplios, las blusas con discretas lazadas al tono en el cuello, los volantes plisados a modo de ribetes y, en general, una sencillez de cortes que huyen de ajustarse a la figura femenina, quizá en busca de una cómoda elegancia.
Destacan los vestidos en muselina con estampado de lunares que se combinan con cintas de terciopelo anudadas bajo el talle o en la cintura, creando un contraste fresco y muy favorecedor.
En este desfile –curiosamente el pase parecía que iba como de atrás a delante, pues comenzó con todas las modelos saliendo en fila sobre la pasarela, como si la presentación ya hubiera terminado-, hay que destacar la utilización como complemento de llamativas joyas, fruto de la colaboración de este diseñador con la firma Suárez. Inspirándose en una estética propia de los años 50, Lemoniez muestra cadenas de grandes eslabones planos de oro amarillo, del que en algunas ocasiones cuelgan enormes medallones de ónix cortado en plano y sin bisel; por otro lado, complementa algunos conjuntos con haces de espigas curvadas creadas con hilo de oro brillo, que se prenden a modo de broches o se presentan en gargantillas, anillos, cinturones y brazaletes.
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