Ya es un fenómeno el retorno a la pasarela de modelos que parecían haber olvidado esta faceta profesional en pro de otros éxitos laborales. Por ejemplo, hace unos días, la española Blanca Padilla, una de las supermodelos nacionales más internacionales, volvía a desfilar después de dos años. El mismo tiempo había estado ausente Iris Law de las Fashion Weeks hasta que se convirtió en una de las estrellas del show de Roberto Cavalli en Milán. Y, precisamente, la ciudad italiana ha sido la que ha acogido la presentación de Prada, en la que también retornaban Kaia Gerber, Marina Pérez o Elise Crombez, entre otras. La última en apuntarse a esta vuelta a las pasarelas ha sido la canadiense Jessica Stam.
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Famosa por ser una de las modelos más camaleónicas -como su compatriota Linda Evangelista-, Jessica Stam ha vuelto subirse a una pasarela gracias a su fichaje por Max Mara, firma que ha presentado en Milán su colección para Otoño/Invierno 2022-2023 (dato curioso, se han apuntado al furor de la balaclava como accesorio estrella). La canadiense, de 35 años, llevaba sin subirse a una pasarela desde 2018, que mostró las nuevas propuestas de Alexander Wang en enero. Y es más, previamente, no lo hacía desde 2015, siendo la última presentación en la que se le vio en aquella ocasión el pase de Balmain x H&M.
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Jessica Stam nació en Kinzardine (Ontario) el 23 de abril de 1986 y llegó a ser considerada una de las 15 modelos mejor pagadas del mundo en 2007, según Forbes. Su entrada en el mundo de la moda llegó en 2002 tras ganar el concurso Los Angeles Model Look. Posteriormente, posar para Steven Meisel fue su trampolín definitivo para la fama. Unos éxitos que le llevaron a ser embajadora de la línea PINK de Victoria’s Secret (2006-2007). Es más, llegó a desfilar para la firma de lencería en tres ocasiones, siendo la última en 2010. En el ámbito personal, uno de sus momentos más emotivos fue el nacimiento de su primera hija en 2017.