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Sexy y atrevido, pero sin perder un ápice de esa elegancia que caracteriza los diseños de la maison italiana, el vestido de Versace estaba formado por un body tipo corsé de escote corazón, detalles ‘cut out’ y correas de cuero adornadas con botones dorados; así como por una falda con una enorme abertura frontal repleta de volantes y una ligera cola, que nacía de la parte baja de su cintura y parecía atarse en la parte delantera generando un efecto óptico muy veraniego.

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La modelo recibió, por segunda vez en su trayectoria profesional, el cervatillo dorado en la categoría ‘Moda’, por el gran trabajo realizado a lo largo de las últimas tres décadas (en la anterior ocasión, en 1991, lo hizo en la de la mejor ‘shooting star’ del año)

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La modelo firmando autógrafos momentos antes de la entrega de Premios Bambi

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Donatella Versace consiguió el pasado mes de semptiembre reunir a las supermodelos de los 90 en un desfile único que sirvió para rendir homenaje a su hermano fallecido, el fundador de la maison, Gianni Versace

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Para celebrar sus 30 años en el mundo de la moda, la supermodelo ha publicado un libro que recopila algunos de sus momentos favoritos, y algunos de los más importantes, de su carrera profesional. Un trabajo que ahora, aprovechando su paso por su país natal – vive con su familia en Londres-, promociona organizando multitudinarios encuentros en los que firma su obra y se fotografía con todos aquellos que quieran tener un recuerdo con la reina de las pasarelas.

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