1/3 © Getty Images

 Laura Ponte formaba parte de ese reducido grupo de top models españolas de los 90 que llegaban a lo más alto de su carrera profesional dentro y fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, la maniquí se retiraba hace 15 años, como ella misma ha confesado, con muchas ganas y sin guardar demasiados buenos recuerdos de su carrera. Desde entonces, permanece alejada de las pasarelas y dedicada a nuevos proyectos personales y profesionales, entre ellos, su gran pasión: la pintura.

2/3 © Redes sociales

Laura ha demostrado siempre ser una mujer inquieta dotada de una gran sensibilidad artística, una faceta que desarrolló en su día realizando colaboraciones como diseñadora de accesorios para Alvarno y Miguel Palacio; así como lanzando su propia línea de joyas Luby & Lemerald, donde daba salida a su “voz” más personal, su identidad y espontaneidad creativa. Tras dejar atrás su incursión en la joyería hace dos años, la modelo gallega se lanzaba de lleno al mundo de la pintura.

3/3 © Redes sociales

Hace un par de años se hizo con unos rotrings y comenzó a dibujar casi de manera compulsiva, sin referentes artísticos concretos, sino de una forma personal e impulsiva. Así, la modelo ha creado ya más de 300 dibujos de trazos psicodélicos; retratos y cuerpos donde juega con las líneas del rostro entre rotuladores, lápices spray y su nueva entrada en el dibujo digital. Una pasión a la que, por el momento, se dedica en su tiempo libre sin horario prefijado.

Más sobre: