Aunque detrás de las Semanas de la Moda hay horas de ensayos para que todo salga perfecto, es imposible adelantarse a los imprevistos del último momento. Por lo que lo único que se puede hacer es improvisar tratando de ponerle solución sin echar a perder el momento. De esto sabe bastante Karlie Kloss, quien este jueves ha querido compartir con sus seguidores una de las anécdotas más curiosas de su trayectoria profesional, cuando tuvo un incidente en plena pasarela y pensó que no volvería a ser contratada como modelo. Sin embargo, el que fue uno de los peores momentos de su carrera terminó por convertirse en un momento histórico para una de las firmas más famosas del mundo. Y, lo más importante, la maniquí sacó una lección de vida que le ha acompañado todos estos años que sus seguidores han aplaudido al conocer el lado más humano de la top que, como todos, ha cometido errores.
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Todo pasó hace más de diez años, en plena Fashion Week de París. En la noche del 9 de marzo, la precia al desfile de Alexander McQueen, una preocupada Karlie no conseguía conciliar el sueño. "No podía dormir la noche anterior, estaba preocupada de caerme en la pasarela más importante, arruinando su desfile y arruinando mi carrera", dijo a sus fans. Y es que en el fitting de la colección Otoño-invierno 2009, el fantasioso diseño que le había tocado -rojo, abullonado y con un estampado de pata de gallo que se convertía en pájaros-, tenía tanta tela que le costaba moverse con él. "Estaba nerviosísima porque estaba llevando un vestido increíble que era muy largo, y que yo diga que era muy largo, realmente significa que lo era", no podemos olvidar que la altura de la modelo roza 1,90 metros.
"Cuando llegué a la altura de Lee, le pedí disculpas por si arruinaba el desfile, que estaba muy nerviosa por tropezarme y que si lo hacía, lo sentía", admitió a sus fans. Sin embargo, para su sorpresa, fue el propio director creativo el que le propuso la solución a Karlie cuando esta le comentó sus miedos en el backstage, dándole el que ella consideró un consejo de los que te pueden cambiar la vida y que, la propia modelo ha admitido que nunca ha olvidado. "Tú llevas el vestido, el vestido no te lleva a ti", fue su respuesta. Amigo de la teatralidad, animó a la maniquí a que, si realmente creía que se iba a caer, convirtiera su tropiezo en un fashion moment de esos que se vuelven icónicos. "Cógelo y lánzalo", le sugirió Lee.
"Salí a la pasarela, caminé un par de pasos y ya podía notar como el bajo del vestido se estaba enredando en mis tacones. Así que pensé que era el momento de hacerlo. Dejé una de mis manos apoyada en la cadera y, con la otra, me agaché en medio de la pasarela, tiré de él para soltarlo de los zapatos y lo lancé contra el suelo. Me sentí viva, llena de adrenalina, emocionada por haber roto las normas", confesó Karlie.
"Cuando terminé de desfilar pensé que era probable que aquel fuera el fin de mi carrera, pero sabía que lo había hecho lo mejor que había podido. Aunque él me dijo que había estado fabulosa", dijo la modelo. Su sorpresa fue mayúscula cuando, meses después, conduciendo por Los Ángeles a lo largo del famoso Sunset Boulevard, vio que había un cartel publicitario de Alexander McQueen con la foto que inmortalizaba el momento en el que tiraba al suelo el vestido. "Se me pone la piel de gallina solo de recordarlo. Cómo una situación que me daba tanto miedo, que me tropezara sobre la pasarela, se convirtió en uno de los momentos más memorables de la colección, hasta el punto de que Lee decidió convertirlo en una campaña global", admitió. Y, para terminar su historia entre bambalinas, quiso despedirse lanzando un mensaje muy motivador a sus fans: "Muchas veces no puedes controlarlo todo y es en esos momentos cuando creces como persona. No importa qué te lance la vida, siempre puedes quitar ese vestido de tus pies, tirarlo al suelo, ponerte recta y seguir caminando".