El desfile de ayer por la tarde de Off-White en Paris Fashion Week fue toda una declaración de intenciones. No solo porque volvió a marcar las nuevas directrices de la moda con diseños que prometen ser tendencia (sobre todo entre sus incondicionales, las supermodelos que han hecho que sus creaciones sean imprescindibles para sus looks de street style) sino también porque hizo de su presentación un ejemplo de diversidad, al incluir mujeres de todas las edades. Sin embargo, el director creativo de este sello, Virgil Abloh, tenía claro que esta apertura generacional iba a triunfar una saga, las Hadid. Además, de Gigi y Bella que fueron las estrellas principales del show al cerrarlo y abrirlo, respectivamente; su madre, Yolanda Hadid, también participó, en lo que ha figurado como su retorno a las pasarelas.
A sus 56 años, el paso del tiempo parece ajeno a Yolanda Hadid. Y es que la holandesa sigue conservando esa elegancia, belleza y personalidad que le convirtió en cotizada modelo durante la década de los 80 y 90. Así queda patente en su aparición sobre la pasarela de Off-White Otoño/Invierno 2020-2021 donde llevó un look de base clásica, pero con acabados de tendencia: chaqueta armada en color blanco con estampado a modo de brochazos de color negro, que se coordinaban con un pantalón sastre liso. Unas sandalias con microvolantes y un bolso con estampado de piel de vaca completaban su innovadora imagen.
Y si su look rompía moldes, mucho más patente quedada esta transgresión en los estilismos que lucieron sus hijas. Abriendo el show, Bella Hadid mostró un conjunto con detalles de volantes estratégicos y falda de tul. Este último género fue el que dominó la creación oversize en color blanco con la que Gigi Hadid puso el broche de oro al desfile.