Ayer Moschino celebró su primer primer desfile en Roma en un idílico enclave enclave que no podía reflejar mejor la esencia de la nueva colección de la firma: los estudios Cinecittà, situados a las afueras de la capital. Después de convertir a sus modelos en muñecas recortables e inspirarse en la estética pop de los 90, esta vez el estadounidense Jeremy Scott ha querido rendir homenaje a la cultura italiana y, más concretamente, al surrealismo del director de cine y guionista Federico Fellini. La fusión entre la excentricidad habitual del diseñador y el arte onírico del cinco veces ganador del Oscar ha tenido como resultado una colección barroca que mezcla elementos de diversas épocas históricas. Uno de los modelos que se ha subido a la pasarela para presentarla ha sido el español Jon Kortajarena, que ha conquistado una vez más al público -y a las redes sociales- con su belleza y su elegancia.
El maniquí vasco, uno de los más reconocidos de nuestro país a nivel internacional, continúa imparable su ascenso hacia el Olimpo de la moda, y logra añadir un prestigioso trabajo a su currículum de la mano de Moschino. Anteriormente, ha trabajado para otras firmas de renombre como Dolce&Gabbana, Chanel, Jean Paul Gaultier o Tom Ford, para quien llegó a convertirse en uno de los rostros preferidos del creador estadounidense. Como es habitual, Jon ha compartido con sus más de 2 millones de seguidores en Instagram sus pasos en los últimos días, por lo que ayer por la mañana ya se conocía que había aterrizado en la 'ciudad eterna'.
Tras dejar constancia de su paso por el que es el monumento más emblemático de la capital, el Coliseo, el modelo comenzó a compartir imágenes y vídeos a través de sus stories en los que mostraba el ambiente que había en el backstage durante los momentos previos al espectáculo y retrató a varios de sus compañeros de profesión ya vestidos con los conjuntos que posteriormente presentarían ante el público. También compartió una instantánea en la que se veían imágenes tomadas previsiblemente en los fittings, que desvelaban el look con el que él saldría, compuesto por un clásico y elegante esmoquin a cuya chaqueta se le agregaba una larga cola y unos tirantes compuestos por cascadas de abalorios en tonos dorados decorados con pequeñas piedras brillantes. Para aportar ese aire de originalidad y recargo que tanto caracteriza a Jeremy Scott, se completó el estilismo con unas botas de estilo militar y una curiosa corona clásica que recordaba inevitablemente a las que emplea Dolce&Gabbana en sus shows.
En el resto de la colección, en la que se alternaron las salidas femeninas y masculinas, se hizo un repaso a los trabajos más icónicos de Fellini. De esta manera, hubo prendas basadas en la película Satiricón que tenían influencias de la mitología clásica romana, pero también otras más sofisticadas inspiradas, por ejemplo, en La Dolce Vita y su protagonista, Anita Eckberg. Completaban los estilismos llamativos sombreros y tocados exagerados repletos de plumas que bien podrían tomar referencia de la icónica Casanova.