Si sigues su Instagram, habrás descubierto que Rosie Huntington-Whiteley parece vivir unas eternas vacaciones desde la llegada de 2018. Imágenes de desconexión en enclaves tan diferentes como el desierto de Utah o las exóticas Islas Turcas y Caicos, sirven para ilustrar su red social en el último mes. La última instantánea vuelve a ser un hito en sus publicaciones, pues, en ella y por segunda vez, aparece su hijo, Jack Oscar, de 7 meses de edad (24 de junio de 2017). Un retrato excepcional, que supone una declaración de intenciones sobre cómo ha cambiado la maternidad su vida, en el que la ex ángel de Victoria's Secret recrea una imagen de ensueño, que bien podría ilustrar un editorial de moda, y en que repite una fórmula que ya utilizó en la primera fotografía del bebé: sostenerle en sus brazos, pero evitar que se vea el rostro del pequeño.
La maternidad le ha cambiado la vida
La llegada de su bebé ha supuesto un antes y un después en su vida. De hecho, es su prioridad y todo gira en torno al pequeño, incluso las emociones que se viven a diario. Así lo recoge en el mensaje que acompaña a esta segunda fotografía, en la que madre e hijo aparecen a orillas del mar del Caribe en las Islas Turcas y Caicos. "Con tu bebé, el sol brilla sin importar el clima", señala mirando a un cielo nublado.
n la instántanea, Rosie Huntington-Whiteley aparece vistiendo un jumpsuit off the shoulder con estampado de leopardo. Todos se cuestionan de quién es la prenda y aquí la respuesta: se trata de un diseño de la firma Zimmermann que, en webs de venta online como Net-a-porter, puedes adquriri por 189 €. El diseño es un adelanto del animal print que reinará la temporada de primavera-verano 2018 en prendas con la que combinar la ropa de baño.
Es muy celosa de su vida privada
Además de detalles de moda, la nueva instantánea confirma un detalle de su personalidad, es muy celosa de su ámbito privado. De hecho, ha repetido la misma fórmula que en la primera fotografía de su bebé: mientras subía a un jet privado, el pequeño aparecía en sus brazos y no miraba a la cámara, dejando que solo pudieramos verle de espaldas para mayor anonimato.