Lila Grace Moss, ¿camino de convertirse en el nuevo icono de la moda británica?
Descubrimos a la sucesora de Kate Moss
Belleza etérea en estado puro. Esto es lo que define a Lila Grace Hack, más conocida como Lila Grace Moss. La hija de la top británica Kate Moss y el magnate publicitario Jefferson Hack debuta como modelo a la tierna edad de catorce años, la misma a la que vimos por primera vez el rostro de su madre.
No es ninguna coincidencia que la que fuera musa de Calvin Klein haya querido mantener a su hija alejada del ojo público hasta lo que ella ha considerado una edad razonable. Tanto Moss como Hack quieren supervisar de manera minuciosa los pasos de la niña en el mundo de la moda, un escenario que conocen de primera mano y de cuyos peligros son plenamente conscientes.
A pesar de que tanto Kate como Jefferson son dos figuras muy reconocidas en la esfera social londinense y también a nivel internacional, para la pequeña Lila son solo sus padres y a veces les recrimina que son muy estrictos. Algo que ella comprende, aunque de vez en cuando le moleste. Según mantiene la top, Lila sabe que pese a que ante ella se pueda abrir ahora todo un mundo de nuevas posibilidades, lo primero son sus estudios y no tiene intención de descuidarlos.
Aunque no es la primera vez que posa frente a las cámaras, sí es la primera vez que lo hace sola y de manera profesional. La responsable de convertirla en el nuevo ‘icono brit’ es la firma The Braid Bar, un espacio ubicado en el prestigioso centro comercial Selfridges que se encarga de elaborar complejas trenzas solo aptas para los cabellos más exigentes.
Una campaña en la que Lila Grace aparece junto a Stella Jones, hija del músico Mick Jones, miembro del popular grupo The Clash. En las imágenes, ambas jóvenes están peinadas con trenzas de estilo mohicano, con mechones de colores y un maquillaje muy ligero, y Lila con “brackets” en los dientes y dos pendientes en uno de los lóbulos de las orejas. Un look muy trendy al más puro estilo 90's.
A sus cuarenta y tres años, Kate Moss ha sido y sigue siendo uno de los rostros más cotizados del mundo de la moda. Su rápido ascenso cuando apenas era una niña ha hecho que la top se haya convertido en una madre muy prudente, que quiere guiar con mucha cautela y mimo los pasos de su hija.Tanto es así, que ya el pasado año ambas posaron juntas para el prestigioso objetivo de Mario Sorrenti en una espectacular sesión en blanco y negro que mostraba el lado más cómplice y familiar de madre e hija. Unas fotos muy especiales que se hicieron con el pleno consentimiento del padre de la niña.
Sin embargo, no se puede luchar contra la genética y el destino ha hecho que Lila Grace tenga todas las papeletas para convertirse en la próxima gran top model del Reino Unido. Parece que la sucesión está más que asegurada.