Modelos atípicas: ¿Quién dijo que ellas no podían triunfar?
El cánon de belleza clásica se ha vuelto mucho más elástico con los años: las mujeres que dominan las pasarelas ya no tienen rostros perfectos ni medidas estrictas. Se lleva la naturalidad y una imagen con mucha personalidad
La palabra 'modelo' significa literalmente ejemplo a seguir. Por eso muchas veces se coloca en entredicho el cánon de belleza (o 'ejemplo a seguir' de lo que es bello) que dictan las pasarelas, sobre todo cuando se trata de temas polémicos como la talla de las maniquíes entre las modelos muy delgadas. Sin embargo, el mundo de la moda ha dejado claro muchas veces que tiene hueco para muchos tipos de belleza, fuera de los márgenes de ese hipotético cánon donde la chica más guapa es la más popular.
Y vale que la troupe de 'ángeles' reclutados cada temporada por Victoria's Secret parece fijarse precisamente en este aspecto de la belleza universal (modelos de piernas larguísimas, como las de Karolina Kurkova y Gisele Bündchen, y caritas de porcelana, como las de Gigi Hadid o Blanca Padilla), pero muchos otros de los grandes nombres del circuito han ganado fama precisamente por todo lo contrario: por tener una belleza atípica, completamente diferente a la impuesta por el cánon clásico. ¿En qué consiste este cánon? Tradicionalmente, la belleza incontestable ha estado barricada detrás de la proporción y la simetría, aunque los estudios recientes en bioestadística apuntan a que serían otras fórmulas matemáticas presentes en la naturaleza (la conocida como 'divina proporción' o número phi), las que dirigen la mirada en los rostros más perfectos del mundo, siguiendo una espiral que parte de la frente y recorre la cara hasta la nariz, y que convertiría en objetiva la belleza en el ojo de quien la contempla.
Por eso sorprenden los rostros atípicos en pasarela, especialmente los que se llevan a casa contratos millonarios. Molly Bair, una de las newcomers de hace un par de años, desfiló en la fashion week de Nueva York sólo una semana después de su fichaje con una agencia de modelos, revolucionando las pasarelas con su 1,83 metros de estatura y sus facciones muy personales: orejas despegadas, ojos rasgados y enormes en contraste con un nariz y boca pequeñas, y una barbilla afilada en forma de corazón. Los ojos de distinto color, en marrón y azul, de Kadri Vahersalu, serían otro ejemplo de asimetría en pasarela. Y en años recientes también ha sorprendido la carrera hacia el éxito de Cara Delevingne, a pesar de haber renunciado por completo a lucir unas cejas 'XL' incluso vestida de Chanel: las cejas de Cara acabaron convirtiéndose en cánon en muchos editoriales de moda beauty.
Aunque no es frecuente, el ejemplo de Cara Delevingne de sentar las bases de una tendencia poco convencional no es nuevo. Una modelo que saltó a la fama precisamente por representar todo lo contrario a lo que estipulaban las tendencias de belleza de la época fue Kate Moss: Kate ha sido una de las supermodelos más famosas y prolíficas de todos los tiempos, y su caída de ojos y labio entreabierto son famosos en el mundo entero, a pesar de que cuando irrumpió en el circuito de la moda a principios de los años 90 el panorama estaba dominado por 'Naomis', 'Claudias', 'Cindys' y 'Herzigovas'. Su estatura se encontraba entonces diez centímetros por debajo de la media y su look era muy diferente a las siluetas curvilíneas que sus compañeras. Aquél look revolucionario, que recuperaba el testigo del estilo Twiggy de los años 60, aún domina las pasarelas hoy en día, 25 años más tarde.
Kate no es la única que ha conseguido cambiar las reglas: a lo largo de las últimas tres décadas el cánon de belleza de la moda se ha vuelto tan elástico que incluso algunas tendencias improbables (pero no imposibles) se han convertido en la norma, y son precisamente las modelos que rompen con el cánon clásico las que cotizan al alza en la fashion week. Un ejemplo de ello serían las modelos con dientes separados, una tendencia que comenzó a ponerse de moda en 2009 gracias a tops como Lara Stone, Georgia May Jagger, Jessica Hart o Lindsey Wixson. Eso sí, este seña de identidad ya era sinónimo de belleza años atrás, con mujeres como la actriz Brigitte Bardot o la modelo de los 70 y actriz Lauren Hutton.
Más modelos que han sorprendido recientemente: Chantelle Winnie, una de las modelos salidas de la cantera de America's Next Top Model, que se convertiría en la primera modelo con vitíligo de las pasarelas; su piel es una mapa de mármol en blanco y negro que captura la cámara y la deja fuera de toda categoría posible, ni blanca ni negra: en una entrevista con el diario 'The Guardian' ella misma explicaba que durante un tiempo compartió estatus con los dos únicos modelos afroamericanos albinos de las pasarelas internacionales, Shaun Ross y Diandra Forrest; hace un año incluso protagonizó una famosa charla TED explicando la necesidad de saber apreciar la belleza fuera de cualquier molde.
Recordamos a algunas de las modelos atípicas de las pasarelas en la galería de imágenes