El debate está servido. ¿Es duro ser modelo? ¿No todo es ‘glamour’ y fiestas? Para la mayoría de los mortales, la profesión de modelo está idealizada: lucir ropa de las mejores firmas, acudir a las galas más exclusivas pero… ¿Es todo tan divertido como parece?
Adriana Lima lanza la primera flecha publicando una foto suya sin maquillaje y tras un duro día de trabajo con el siguiente texto:
“No me estoy quejando, solo quiero compartir un pedacito de mi vida. A veces, la gente se cree que la vida de modelo es fácil, pero se equivocan, trabajamos tan duro como cualquier otra persona. Hoy he trabajado 10 horas, he posado con un terrible resfriado, sin parar de toser y con dolor de cabeza. A pesar de todo, no me ha detenido para hacer lo que me gusta. He terminado, fui al aeropuerto para volver a casa y ver a mis dos princesas. Cuando llegué, mi vuelo llevaba unas 3 horas de retraso. He volado desde New York hasta Miami. Llegué a las 2 de la mañana pero feliz de estar aquí. Solo quería compartir la cara de un día de trabajo duro y, además, no soy la única que trabaja duro. Gracias. Espero que no se malinterprete este mensaje. Os quiero”.
No cabe duda de que la ‘top’ tuvo un mal día y, finalmente, se desahogó en la popular red social. Con esto, queda patente que las modelos no son ‘superheroínas’ y que como cualquiera, se resfrían y, aun así, tienen que poner su mejor cara y estar espectaculares para las interminables sesiones de fotos.
Además, por si fuera poco, Adriana tiene el mismo problema que un gran número de ‘mamás’: la poca compatibilidad de horarios. Tal y como ella cuenta, al llegar de madrugada a casa, no puede acostar a sus dos hijas, Valentina y Sienna, ni darles un beso de buenas noches.
Eso sí, no es la única modelo que se ha quejado de sus maratonianas jornadas de trabajo. Sin ir más lejos, esta semana hemos podido hablar con la modelo española Marina Pérez, que volvía a la pasarela tras una ausencia de dos años. ¿El motivo? Tal y como ella nos contó “Nunca había tenido tiempo para estudiar lo que quería ni estar el tiempo que quería con mi familia”.
Pero la cosa no queda ahí. La modelo Sara Ziff ha creado una asociación sin ánimo de lucro, The Model Alliance, para proteger los derechos laborales de las modelos que trabajan en Estados Unidos. En los últimos años, la asociación se ha centrado en proteger a los menores para que no abandonen sus estudios y trabajen solo un máximo de horas.
Más sombras sobre la pasarela
Las interminables jornadas de trabajo no son la única queja que tienen las modelos sobre el mundo de la moda. Hace unos meses, Gigi Hadid hacía frente a comentarios ofensivos por su manera de desfilar y sus curvas; Cara Delevingne tuvo que abandonar la profesión porque llegó “a odiar su cuerpo”; Coco Rocha, también fue ‘marginada’ en las pasarelas por no cumplir los cánones de (extrema) delgadez a pesar de medir 1’78 m y pesar tan solo 47 kilos.
Por otra parte, Naomi Campbell es la gran abanderada de la lucha contra el racismo en las pasarelas, otra de las quejas de las que trabajan en la industria. Es más, ella misma ha denunciado este tipo de situación cuando la firma de dulces Cadbury la comparaba con una tableta de chocolate. En una carta al diario The Independent, la ‘top’ declaró: “Es indignante ser descrita como chocolate, no solo por mí sino por todas las mujeres negras. Es hiriente y no le encuentro la gracia”.
A la vista de todas estas denuncias, está claro que el maravilloso mundo de la moda, también tiene sus rincones sombríos.