Traje con cuerpo en terciopelo negro, falda en gasa transparente bordada en pedrería formando motivos florales y chal a juego, de Elie Saab.
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Vestido largo en satén con motivos florales y lazos en satén entrecruzados en el talle. Bolero coordinado ribeteado con marta cibelina, de Valentino.
Gran blusa esculpida con cintas dispuestas a modo de vaporosos volantes y falda de volantes en tafetán chocolate con cuadros amarillos, de Lacroix.
Vestido de inspiración andaluza en este corsé de seda con motivos florales y falda en organza con cascada de volantes y lunares, de Christian Dior.
Mide 1,79 metros de altura,tiene una espectacular figura y unos ojos intensamente azules que contrastan con su pelo oscuro. Es Nieves Álvarez y llega a nuestras páginas en un reportaje entre onírico y fantasmagórico luciendo sus trajes preferidos para las fiestas navideñas, que ya
están llamando a la puerta.
Esta mujer, que de pequeña —según ella misma cuenta — «estaba traumatizada porque era la más larguirucha de la clase» y los chicos la llamaban «jirafa» y le decían que tenía patas de chicle, un día comenzó ser admirada. De pronto, todos empezaron a alabar su estilo y su belleza. Sobre todo desde que en 1992 ganó la edición española del concurso «Rostro del Año», quedando después en tercer lugar en la final del citado concurso en su fase
internacional. A partir de ahí empezó a dar el salto a las pasarelas. Pero no fue únicamente la belleza lo que la convirtió en «top model». Ella misma nos lo decía hace un tiempo: «En este mundo de la moda lo que se necesita —la belleza, como el valor en un militar, se presupone— es mucha paciencia y mucha constancia. Nadie llega a lo más alto por ganar un concurso. Las cosas sólo las puedes conseguir a base de esfuerzo».
Cabe resaltar, por otra parte, que Nieves —casada a finales de abril en Bali con el fotógrafo italiano Marco Severini— es una mujer hecha y derecha en todos los sentidos, incluso a la hora de reconocer errores pasados. Como el que le llevó a la anorexia, ciertamente una enfermedad
que puede tener graves consecuencias. Por eso Nieves, que a base de esfuerzo logró salir del problema, se convirtió después en abanderada de la lucha contra la citada enfermedad. A este respecto decía hace un tiempo: «Las modelos tenemos mucho que decir en este asunto,
porque hay adolescentes que quieren seguir nuestros pasos. Y no se tienen que dejar engañar por mensajes que insinúan que la delgadez es bella. Eso es falso».
Nieves, que ha pisado las más importantes pasarelas del mundo y ha protagonizado campañas a escala internacional para los grandes modistos de la actualidad, vive hoy momentos de gran felicidad tras haber encontrado el perfecto equilibrio entre lo profesional y lo personal. Y
hoy viene a nuestras páginas envolviendo la ilusión de la Navidad en una especie de mágico juego, a la vez que bello sueño, de luces y de sombras, de luna y de sol. Pero Nieves no sólo viene a nuestras páginas a mostrar sus preferencias en la moda. También nos da algunos consejos para mantenerse en forma. Unos consejos que se reducen a dos: beber mucha agua (ella bebe dos litros diarios) y hacer mucho ejercicio, combinadas ambas cosas con una dieta sana.