Natalie Wood (1938-1981)
Su verdadero nombre fue
Natalia Nikolayevna Zajarenko y nació en San Francisco en el seno de una familia de inmigrantes rusos.
Al igual que ocurrió con Elisabeth Taylor, Natalie fue otra niña prodigio del cine que comenzó su andadura en el séptimo arte a la edad de cuatro años. Su madre, una mujer obsesionada por convertir a su hija en una estrella del cine no escatimó ningún esfuerzo a la hora de presentar a su hija en cuantos casting podía. Entre sus primeras apariciones cinematográficas cabría destacar Mañana es vivir (1946), en la que compartió trabajo nada menos que con
Orson Welles y
Claudette Colbert,
El fantasma y la señora Muir, dirigida por
Joseph Leo Mankiewicz o
De Ilusión también se vive (ambas de 1947). Hay quien dice que esta madre tan acaparadora, que buscaba el éxito de su hija a toda costa, marcó el carácter de Natalie porque pasó su vida entre adultos sin poder ser lo que realmente era: una niña. Por aquel entonces, los estudios RKO le impusieron el apellido Wood. 1952 y 1955 fueron años que pasaron sin pena ni gloria para una adolescente que ya demostraba su belleza física y sus cualidades interpretativas.
Sería precisamente en 1955, cuando la actriz tenía 17 años, el momento en que le llegó su primer gran éxito por su interpretación en
Rebelde sin causa, consiguiendo ser la actriz más joven en recibir una nominación al Oscar. Por aquel entonces todo el mundo le achacaba una relación con
James Dean, su compañero de reparto, pero en realidad con quien mantuvo un breve idilio fue con el director de la cinta:
Nicholas Ray, 26 años mayor que ella. Estas diferencias de edad con sus amantes fueron una constante en su vida. Natalie Wood ha sido relacionada con
Michael Caine, Steve McQueen, Tony Curtis, Dennis Hopper o
Warren Beatty.
Después de rodar
Centauros del desierto a las órdenes de
John Ford, vendrían dos de las películas que contribuyeron a afianzar su posición estelar:
Esplendor en la hierba, dirigida por
Elia Kazan y
West Side Story (1961). Mientras tanto, la vida privada de Natalie hacía aguas. Su matrimonio con
Robert Wagner (1957), con con quien en sus primeros años se había zambullido en el glamuroso ambiente de Hollywood, iba de mal en peor. Las constantes discusiones provocadas, según se dice, porque el actor no pudo soportar estar a la sombra de la fama de su mujer hicieron que Natalie lo abandonara y se lanzara a los brazos de
Warren Beatty, con quien formó una de las parejas del momento; pero también entró en una espiral de adicción a las drogas que, a la postre, marcarían el trágico final de la actriz.
Tendrían que pasar 9 años para que la pareja Wagner-Wood volviera a casarse, curiosamente la boda se produjo en el yate ‘Splendor’, lugar en el que la actriz encontró la muerte en 1981 al caer al agua. En el barco estaban su marido, Robert Wagner, su compañero de rodaje en la película
Brainstorm, Christopher Walken y el capitán. En principio, las causas de su muerte no estuvieron claras y
en 2011 se reabrió el caso pero, más recientemente, los jueces han llegado a la conclusión de que
la actriz se ahogó por estar bajo los efectos del alcohol y las drogas.