No obstante, la australiana ha decidido hacer las paces con su cuerpo y darse una segunda oportunidad. "Tiré mi báscula, mi cinta métrica y dejé de revisar mi cuerpo. Tiré toda mi ropa pequeña. Eliminé todos los 'selfies' de gimnasio de mi Instagram y todas las fotos de mis progresos del teléfono. Básicamente, no quería ninguna referencia de mi versión más delgada o más gorda. Solo quería dejar de mirarme en el espejo y decirme que estaba demasiado gorda y que no hacía lo suficiente", ha confesado la top