Tras revivals tan palpables como el regreso del peto, era imposible que su primo-hermano el pichi no hiciese su entrada triunfal de la mano de alguna que otra trendsetter. Y es que, ¿existe alguna prenda más rabiosamente encantadora? Pues bien, por si cabía alguna duda, Emma Roberts sentenciaba con esta imagen: el pichi ha vuelto y llega dispuesto a ser nuestro comodín cuatro estaciones con su allure, su versatilidad y una comodidad incuestionables. Cierto es que ya no tenemos ese aire cándido que desprendíamos en la niñez, cuando era todo un recurso maternal sobre el clásico jersey de cuello cisne y acompañado de una buena diadema. Pero también es verdad que contribuyen a “contagiarnos” ese halo de infancia y juventud, de manoletinas y lazo en el pelo, que edulcora nuestra imagen y viene muy al tono de la estación, ¿qué mejor que volver a ser niñas en Navidad?
Tampoco hace falta que hagamos alarde de complejo de Peter Pan y luzcamos nuestro pichi tal y como nuestras madres nos lo hubiesen vestido antaño. Revisando este clásico de nuestro armario, podemos atribuirle una elegancia moderna basada en el minimalismo y los detalles arquitectónicos. ¿Sus claves? Acompañarlos de camisas impolutas con lazada al cuello, jerséis acanalados, botines y stilettos.
¿Sucumbirás a la nostalgia y volverás a incluirlos en tu guardarropa? Si es que sí, en nuestro shopping encontrarás hasta 10 versiones diferentes.