Vestidos amplios, pantalones holgados, gorras, zapato plano… Exceptuando sus apariciones sobre la alfombra roja, las contadas ocasiones en las que hemos visto a la modelo Irina Shayk de calle, su transformación parece evidente. Una gran transformación por fuera y por dentro que se ha hecho patente en los últimos meses, sobre todo desde que diera a luz a su hija Lea De Shyne Shayk Cooper. Una realidad, la de su maternidad, que ha supuesto sin duda el cambio más importante de su vida.