Fue en en 1998 cuando Lindsay Lohan se estrenó en la gran pantalla con la película Tú a Londres y yo a California; por aquel entonces la artista tenía 12 años y su estilo era dulce y angelical, el propio de su edad.
Empezaba a ponerse sus primeros tacones y acudía con sencillos, pero elegantes vestidos a los estrenos del momento. La fama le llegó demasiado pronto y fue precisamente eso lo que la llevó a perder el rumbo, y no solo en el ámbito personal, sino también en el estilístico. Allá por 2007 esta joven, que cambió su bonita melena pelirroja por un rubio platino, patinó pasando a lucir outfits poco acertados, como este minivestido plateado.
Pero, tras una intensa lucha por cambiar y salir del agujero en el que había caído, este estrella Disney ha vuelto al buen camino retomando su color natural de pelo y apostando por looks tan elegantes como este vestido bicolor con falda de tul y pedrería.