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CERRUTI. Las influencias arty han seguido presentes en la recta final de París, concretamente en el desfile de Cerruti, que inspira su colección otoño-invierno 2015-2016 en la obra del artista Joseph Beuys, que hace las veces de motivo ornamental sobre sus prendas de punto, tanto sueter como maxibufandas de flecos. Otros detalles: los acabados con efecto patchwork en gabardinas, trencas y americanas.

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DIOR HOMME. La apuesta de Kris Van Assche para Dior Homme la próxima temporada recupera la línea habitual vista en los últimos años en el menswear de la firma, especialmente en lo que respecta a la sastrería, a la que siempre consigue añadir algún giro (como la colección cubierta enteramente de topos que veíamos recientemente), y que en esta ocasión cede toda su fuerza a las levitas en liso alternadas con tartán en amarillo, añadiendo detalles urbanos como gorras con viseras o parches de quita y pon en la solapa.

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DIOR HOMME. La sorpresa: el denim, cuya presencia ha escaseado de manera muy llamativa en esta edición de la fashion week -a pesar de ser uno de los básicos esenciales del armario del hombre-, con cazadoras, camisas, abrigos con cuello de piel o levitas en tejido vaquero en azul índigo puro, sin lavados.

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GIVENCHY. Una de las colecciones destacadas del fin de semana ha sido la de Givenchy, que da un giro radical a su propuesta, sin renunciar al cierto horror vacui de estampados y grafismos que inunda prácticamente cada una de sus prendas de hombre y mujer, pero con un nuevo lenguaje que hacía brillar a la propuesta de Riccardo Tisci en la tarde del viernes. Lo primero: el estilismo, tanto en la pasarela -cubierta por una capa sólida de glitter en color rubí que se funsionaba a menudo con las prendas-, como en sus modelos, que además de máscaras-joya sobre el rostro, trasladaban a la cabellera del hombre la tendencia de las trenzas masculinas y del baby hair, tan de moda entre las fashion insiders en los últimos meses -DKNY hacía lo mismo con su colección de mujer en el mes de septiembre, por influencia de la cantante FKA Twigs entre otras-, y que consiste en fijar sobre la frente los remolinos de cabello más corto y fino que se acumulan en la línea del pelo.

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GIVENCHY. Las prendas de la colección: una amalgama de tendencias para hombre y mujer, con pinstripes a varias alturas, faldas lápiz para hombre abotonadas al frente, bikers y bombers superpuestas sobre vestidos tipo sari con maxiestampados, y guiños al cine de terror.

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HERMÈS. La propuesta de Hermès para el invierno que viene resulta de la colisión entre dos mundos: sastrería y urbanwear convierten la nueva colección de la casa en un compendio de prendas muy ponibles, con aire clásico -chaquetas con doble botonadura, abrigos tres cuartos, pinstripes-, acentuadas con detalles muy chic, como bufandas en morado o amarillo lima complementando un sobrio look en navy, bombers alternando texturas entre el cuerpo y la manga, o prendas de exterior que sacan los detalles ornamentales propias de las piezas de punto hacia afuera.

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LANVIN. El pantalón sastre con tiro ancho de influencia ochentera volvía a hacer aparición en esta edición de la fashion week por obra y gracia de Lanvin, cuya colección masculina desfilaba en la mañana del sábado recuperando el oversize sin estridencias, con pantalones amplios pinzados y superposiciones en las prendas de abrigo.

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MAISON MARGIELA. El cambio que experimentaba Saint Laurent al ceder la dirección creativa a las manos de Hedi Slimane, y que comenzaba con un cambio radical en el nombre de la casa abandonando el nombre de su fundador (Yves), para centrarse solamente en el apellido, parece haber contagiado a otros pesos pesados de París. Maison Martin Margiela, que a partir de ahora responde únicamente por el apellido bajo el nombre de Maison Margiela, también parece estar insuflándole nuevos aires a las líneas principales de sus colecciones. El responsable: John Galliano, que tomaba recientemente las riendas de la maison tras una gran polémica y un parón de varios años, recuperando una estética de influencia seventies, con algún que otro pantalón acampanado con detalles de flores, chalecos a la rodilla, y destellos glitter en sudaderas y prendas de punto.

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PAUL SMITH. Paul Smith lleva ya un par de temporadas explorando los degradés y las texturas tono sobre tono, aunque no ha sido hasta su presentación para el próximo invierno que la teoría del color ha alcanzado todo su potencial en las prendas de tailoring del diseñador gracias a una paleta de colores en tonos crepúsculo y melocotón.

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THOM BROWNE. La recta final de París brillaba con dos de los nombres más especiales de su calendario: uno, el de Saint Laurant Paris, la firma encargada de echar el cierre a cada edición, y una de las que más curiosos acumula a sus puertas, rebajando notablemente la edad media de sus asistentes, con un front-row en el que no escasean los fashion insiders y modelos que apenas rozan la veintena. El otro es Thom Browne, uno de los enfant terribles de la Ciudad de la Luz, al menos en lo que respecta a la moda para hombre: adelantando la 'huida' trasatlántica de muchas de las firmas neoyorquinas con prendas para hombre, que llevan un desfase en el calendario de dos meses respecto a Milán y París, Thom Browne era de los primeros en llevar a cabo este 'trasplante' entre capitales de la moda, revolucionando su propuesta hasta protagonizar uno de los slots clave de su calendario (el penúltimo en la jornada del domingo, justo antes de Saint Laurent y del despegue de la Alta Costura). Su colección otoño-invierno 2015-2016 es una de las más arriesgadas de los últimos años: el mito de la viuda negra se vuelve una realidad en el armario masculino, con hombres vistiendo larguísimas faldas masculinas casi en la totalidad de looks -algunas más cortas incluso que de costumbre-, con tejidos en negro puro que brillan con texturas y brocados, acabados en piel vuelta y acolchados. Destacan las levitas superpuestas sobre chaquetas, los juegos de volúmenes entre cortos y largos, y las capas para hombre.

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SANT LAURENT PARIS. El broche de oro de París: con maniquíes jovencísimos, y una tipología de hombre que dista mucho de la que hemos visto estos días en la capital francesa -mucho más delgado-, Hedi Slimane volvía a sacarle partido al color negro, uno de los giros más evidentes de la moda aplicada a la pasarela que hemos visto dar a la firma desde la desaparición de Yves Saint Laurent -cuya visión no escatimaba en colores tan a menudo como lo hace el joven diseñador francés-, explorando las diferentes sombras de este color, alternándola con los acentos punk que se han vuelto ya marca de la casa: pantalones skinny fit, blazers entallados combinados con corbatas estrechísimas, lunares, rayas y print animal, y algún que otro destello glitter.

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'FASHION INSIDERS'. Frecuentada sobre todo por periodistas de moda y fashion insiders, la fashion week masculina de París ha reunido su particular cuota de rostros famosos en estos cinco días de desfiles. Una de las más sonadas: la de Kate Moss, que compartía banquillo junto al ex futbolista e icono de moda Hidetoshi Nakata en el pase de Louis Vuitton. También la modelo Natalia Vodianova, que asistía juntoa a su pareja, el heredero del imperio LVHM Antoine Arnault, la actriz sueca Noomi Rapace, o el piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton.

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El kaiser Karl Lagerfeld, por su parte, borraba cualquier tipo de diferencia entre las principales maisons de moda de Francia al dejarse ver el front-row de Dior Homme, tras fotografiar las dos últimas campañas de hombre de la firma.

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