En esta ocasión, lo accesorizó con un bolso de cristales rosas, de Sepui; salones de Manolo Blahnik en dorado; su tiara en oro y plata de 14 quilates con rubíes redondos, diamantes y espinelas, y un collar del que prende un colgante de diamantes que recrea una ‘F’ en honor de su marido, el príncipe Federico.
El Jubileo de Oro del rey Carlos Gustavo, quien cumple cinco décadas en el trono, ha sido el motivo por el que se han reunido no solo las élites de su país sino también miembros señalados de otras casas reales europeas cercanas a la monarquía nórdica. Las invitadas, entre las que encontramos a Victoria, Magdalena o Sofia de Suecia, se han vestido de gala con espectaculares creaciones y joyas. Pero no solo las royals suecas nos han cautivado esta noche: Mary de Dinamarca ha reafirmado su título como la princesa más sostenible.
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Mangas-capa de brillantes
Para asistir a la última cena de gala organizada en palacio, Mary de Dinamarca ha lucido un diseño de gala azul marino de Lasse Spangenberg. Se trata de un modelo de cuerpo con escote cuadrado y mangas acampanadas confeccionado en un tejido semitransparente de pedrería y falda vaporosa. Con él, ha demostrado ser una experta en modificar sus diseños preferidos para poder lucirlos una y otra vez sin cansarse.
Detalles de encaje
En 2019 la Princesa llevó este mismo vestido para asistir a la cena de gala organizada en el palacio de Amalienborg por el 75º cumpleaños de la princesa Benedicta, hermana de la reina Margarita de Dinamarca. Sin embargo, como vemos en la imagen, lucía muy diferente, ya que contaba con cuerpo de corte asimétrico con una sola manga confeccionado en un tejido de encaje del mismo color marino de la falda.
Mary de Dinamarca transforma su vestido de flores bicolor
La princesa Mary acudió el jueves de la mano de su marido, el príncipe Federico, al concierto en honor al rey Carlos Gustavo, y su look no pasó desapercibido. Se trataba de un vestido de alta costura de la firma danesa Lasse Spangenberg, una de sus más repetidas, que está confeccionado en seda mikado de flores negras sobre fondo blanco y presenta un delicado fular de seda negra. Sus seguidoras fieles, sin embargo, recordarán el estilismo de una forma diferente, ya que no siempre lo llevó con este accesorio al cuello.
Un fular de seda
Como complementos, la princesa danesa ha escogido un bolso de mano compacto bañado en lentejuelas negras, de Sergio Rossi, a juego con unos salones de ante negro intercalado con paneles de malla, de Gianvito Rossi. A contaste, unos pendientes de diamantes en fila con colgante de aguamarina rodeada de diamantes. A pesar de todo, el accesorio más llamativo sigue siendo su fular de seda en negro que incorporó para renovar un vestido que estrenó años antes de esta cita.
Con escote asimétrico y capa
Precisamente cinco años atrás, en 2018, vimos esta espectacular pieza por última vez, en la gala oficial que la princesa Mary ofreció a Brigitte Macron durante su visita a Copenhague. Aquí vemos que, aunque se trate del mismo vestido, le dio un toque distinto al usarlo con un panel asimétrico de gasa sobre el escote, que caía por la espalda a modo de capa. Aun así, lo más destacable del look es la tiara Ruby Parure con sus pendientes a juego, una de las favoritas de la reina Ingrid, madre de la actual monarca, cuyas piedras preciosas se remontan a la época de Napoleón.
La versión original
Tan solo unos meses antes, en septiembre de 2017, Mary estrenó este espectacular vestido largo de flores en blanco y negro por un motivo sumamente especial, el aniversario de su propia fundación, que actualmente lleva casi dos décadas desarrollando proyectos en contra del acoso escolar, la violencia doméstica y la soledad de los mayores. Una cita de este calibre exigía un look de gala imponente, así que no dudó en debutar su última adquisición de alta costura, de escote palabra de honor y sin fular ni capa.
Un vestido brocado de profundo escote
Con motivo de una cena en Amalienborg, debido a la visita de Estado que en junio de este año estaban realizando los reyes Harald y Sonia de Noruega, Mary recicló este precioso vestido de Max Mara que se conoce bajo el nombre Gabriel. Está realizado en jacquard de color caramelo que realza la figura por medio de un entallado cuerpo que se expande en gran vuelo justo debajo de las caderas. Sin embargo, este no es precisamente el diseño original, ya que presenta un escote redondeado mucho más profundo que el que estrenó unos años antes.
Más recatado
Curiosamente, en 2017, eligió esta creación para el baile organizado a causa de la celebración conjunta del 80º cumpleaños de los Reyes noruegos, cita que congregó a otras importantes casas reales del continente, como muestra la imagen, en la que Mary posa con Alberto de Mónaco. Y si bien nos fascina su moderna alteración de escote más profundo, está claro que la propuesta del catálogo, con un recatado cuello a la caja, encaja a la perfección para esta solemne ocasión.
Ideal para un cóctel
En la recepción que se llevaba a cabo en la Embajada de Suecia en Copenhague, la princesa danesa recibió a Victoria y Daniel de Suecia luciendo un bonito diseño de Ralph Lauren en un tono empolvado de rosa con bordados por encima en dorado. Se trata de un modelo palabra de honor que no se aprecia del todo por la luminosa americana fluida, de Max Mara, que decidió añadir al conjunto. Aunque el verdadero giro al look no estaba en su torso ni en el escote, a diferencia de los vestidos anteriores, sino que, esta vez, Mary decidió cortar unos centímetros de la falda, al corte midi conocido como tea length, para hacerlo menos formal. Lo mejor fue que, como si se hubiesen puesto de acuerdo, este combinaba a la perfección con el que llevó su homóloga sueca.
Su look de gala más romántico
La princesa Mary decidió modernizar de su guardarropas el vestido que utilizó nueve años antes, en la cena previa a la boda de Victoria y Daniel. Es por ello que el hecho de que haya querido reutilizar este vestido palabra de honor realizado en capas de gasa rosa empolvado justamente ante la presencia de los suecos no parece una casualidad sino toda una declaración de intenciones. En esta fotografía, podemos apreciar la primera versión de la prenda, de largo a ras de suelo.