La reaparición de Charlene de Mónaco en el Principado a comienzos de la semana pasada apuntaba a una vuelta a la normalidad para el príncipe Alberto y el resto de la realeza monaguesca. De ahí que sorprendiera a todos el anuncio de que la exnadadora no participará en las celebraciones del Día Nacional de Mónaco, evento que no se pierde desde 2010 y que tendrá lugar el viernes 19 de noviembre. A esperas de su completa recuperación y con motivo de la Fiesta Nacional, recordamos en esta galería los looks de la royal que más invierte en su vestuario, imágenes que delatan una radical evolución de estilo a lo largo de 11 años. ¿Qué hubiera llevado en 2021? Siempre quedará la duda.
2020: Una cita marcada por la pandemia
En solidaridad con los afectados por el coronavirus a nivel mundial, la mujer de Alberto de Mónaco prescindió de ornamentos potentes o tonalidades alegres. En su lugar, llevó un abrigo largo entallado con ribetes y forro en color fucsia y un cuello elevado de inspiración asiática se ha llevado todo el protagonismo. Culminó el austero estilismo con un par de guantes confeccionado en seda transparente, bolso de mano tipo sobre de piel rosa, salones de tacón bajo negros y una boina tradicional con redecilla.
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2019: Todo al blanco
En contraste al significativo look que vimos el pasado año, la mujer del hijo de Grace Kelly habría preferido una paleta de color más clara a través de un lookazo que demuestra lo fácil que es vestir de blanco en invierno, aunque muchas mujeres aún no se atrevan. Ha combinado un jersey de canalé en cuello alto con pantalones acampanados, abrigo clásico largo blanco, sombrero ladeado y guantes a juego. Para rematar, no ha faltado su punto rockero gracias al earcuff dorado de su oreja izquierda.
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2018: Coincide con su cuñada vestida de tweed
Carolina de Mónaco ha convertido al clásico traje de tweed de Chanel en su sello distintivo para eventos protocolares y esta ocasión no fue la excepción. Minetras ella se decantaba por un modelo verde agua, Charlene sorprende con un diseño más transgresor, con silueta de inspiración oriental para su abrigo bordado bicolor, el cual cubre un vestido de crepe de lana negra de Akris, una firma suiza que figura entre sus predilectas. Para estilizar el cuerpo ante tanto volumen, escogió unas botas de ante con caña alta y tacón y remató el look con un sombrero de ala ancha y unos pendientes de perlas dobles.
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2017: Terciopelo azul
No es Isabella Rossellini, pero aún así la Princesa se ha atrevido con un total look blue velvet en tonalidad azul cobalto, cuyo protagonismo reposa en su abrigo de terciopelo con escote pico, de Akris. Lo acompañó con unos guantes de piel un tanto más oscuros que el abrigo, salones al tono y una amplia pamela ladeada.
2016: Los complementos marcan la diferencia
Fue la primera vez que Charlene se vistió de negro al completo, pues anteriormente había llevado estilismos en color burdeos o azul oscuro. Se trata de un look de vestido negro de cuello redondo, apenas perceptible bajo su abrigo de corte clásico con escote asolapado, cierre de botones y falda al estilo trapecio, que completó con unas elegantes bailarinas negras de puntera fina y medias de cristal. El culmen fue un sombrero con detalle de lazada negra y rosas rojas, la flor simbólica del Principado.
2015: Discretos años 20
La Princesa resaltó con un original vestido burdeos de cuello redondo, mangas largas y falda rígida, firmado por Akris, que complementó con guantes de ante y medias tupidas al tono, aunque el complemento que realmente la ha hecho brillar ha sido su sombrero de tipo casquete de fieltro con rejilla. Este peculiar diseño de copa hemisférica, cuerpo cilíndrico y ala mínima fue ideado en los años 20 en complicidad con la tendencia de llevar el pelo a lo garçonne, como ha hecho la exnadadora hasta el día de hoy.
2014: El look que jamás pudimos ver
Siempre será un secreto entre los Grimaldi cómo lució realmente la embarazadísima Charlene aquel 19 de noviembre de 2014, a tan solo tres semanas de dar a luz a sus mellizos, Gabrielle y Jacques. Es por ello que la mujer de Alberto de Mónaco no participó entonces en las actividades patrias y apenas pudimos avistar su conjunto totalmente negro con chaleco de punto gris y boina negra a través del balcón.
2013: Un original diseño 'binomio'
Los abrigos cruzados son una de las piezas fetiche de Charlene durante la temporada otoño-invierno y ha hecho gala de ello a lo largo de los años en la Fiesta Nacional de Mónaco. Uno de ellos, no obstante, resalta por su innovadora composición a dos tonos, que no necesitó mayor complemento que unos guantes de piel, salones negros, medias de cristal y una pamela clásica al tono.
2012: Un conjunto navy muy discreto
Una vez asentada en palacio, Charlene comenzó a adoptar un estilo cada vez más sobrio, alejado de las siluetas románticas que le fascinaban al principio de su relación con el hermano de Carolina de Mónaco. Esto es palpable en su elección de moda para la celebración de 2012, a la cual acudió con un abrigo azul navy de cuello esmoquin, mangas largas y una falda trapecio que delimitaba su cintura. Lo conjuntó con sus guantes de piel negros, salones del mismo color y un tocado con redecilla.
2011: Luminosa, con un abrigo-capa beis
Antes de pasarse a los looks más sobrios, la sudafricana mostraba predilección por los conjuntos en colores claros, que no solo resaltan su tez sino que se complementan con su melena rubia (esta vez, a la vista, sin pamela ni tocado). En su primera Fiesta Nacional como esposa de Alberto de Mónaco, tras su mediático enlace en julio de 2011, derrochó sofisticación con un top de punto al estilo capa, con cierre de cremallera y cuello alto, y una falda tubo con textura de cocodrilo, todo rematado por complementos nude.
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2010: Su primer Día de Mónaco entre los Grimaldi
En este gran debut real, Charene Wittstock, aún como prometida del Príncipe, recurrió a un estilismo con detalles que no conserva en su guardarropa 10 años más tarde. Hablamos de un conjunto tan elegante como creativo de blusa-bufanda satinada color champán, chaqueta peplum -la silueta más trendy entre las invitadas por aquel entonces- de tejido brocado en tonos tierra con hebilla frontal de madera y pedrería a la cintura, finalizado por una falda lápiz a juego y con un grandísimo tocado inclinado en color chocolate.
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