Como primer acto de su viaje, los Reyes se reunieron con el presidente del país, Michael D. Higgins, y su esposa, Sabina Coyne, en Arás an Uachtaráin, la residencia oficial del mandatorio irlandés. Para la ocasión, la reina Máxima apostó por una elección de moda muy potente que causó gran impacto dada la originalidad del diseño, pues genera un efecto visual que hacía creer que lleva los brazos cubiertos con grandes piezas de joyería, en este caso, brazaletes dorados. Sin embargo, estos brazaletes (de inspiración africana) se encuentran prendidos de la prenda, creando un acabado impactante. Con cuello a la caja, manga larga, corte midi y un efecto wrap muy favorecedor gracias a un estratégico drapeado,encuentra este vestido-joya entre los diseños de Alta Costura de la firma Claes Iversen.