En su segunda noche en Dublín con motivo de su Visita de Estado a Irlanda, los reyes de Holanda organizaron una velada muy especial como agradecimiento a las autoridades del país en la que se pudo disfrutar de una función de danza en el Dutch Dancetheatre de la capital irlandesa. Tras un triunfal elección de gala un día antes, la reina Máxima vuelve a apostar por las flores para su imagen como invitada, pero esta vez estampadas y no en encaje. De hecho, recupera un estilismo de fiesta muy favorecedor que ya llevó en 2016 también para acudir a un espectáculo de baile y música. Una combinación acertada en la que logra que su vestido midi de corte clásico se moderniza gracias a un nuevo look de belleza y al poder de los complementos, entre los que recicla los salones con detalles de vinilo que también acompañaron a este diseño el día de su estreno.