Si los looks de Meghan Markle llevan siendo analizados con lupa desde el inicio de su relación con el príncipe Harry, la expectación por sus elecciones tras el anuncio de su embarazo han sido aún mayores. La duquesa de Sussex no ha defraudado, puesto que estos meses se ha mantenido fiel a su esencia, y no ha dudado en arriesgar sin alejarse de la estética sofisticada que requiere el protocolo británico. Aunque ha tenido varios guiños hacia la que hubiera sido su suegra, Diana de Gales, y ha generado varios duelos de estilo con Kate Middleton, la mujer del príncipe Harry ha logrado encontrar un estilo premamá propio con el que se siente especialmente segura. Es cierto que las comparaciones con su cuñada son inevitables, pero Meghan ha seguido varias máximas de moda con las que ha logrado desmarcarse de ella, encabezadas por la predilección a marcar su barriguita.