Para visitar el Palacio Imperial, donde los Trump fueron recibidos por los emperadores nipones -Akihito y Michiko-, y una escuela de Tokio, Melania sacó su lado más lady con un sofisticado vestido azul marino de cuello cerrado y manga corta acampanada, con un sencillo cinturón a juego y falda de vuelo ligeramente plisada. La Primera Dama combinó la elegante pieza de Dior con unos llamativos zapatos metalizados pertenecientes, una vez más, a la colección de Manolo Blahnik.