Las normas de la pasarela indican que las chaquetas deben ser oversize y que la prenda estrella es el blazer. Carlota Casiraghi lo lleva a efectos prácticos con la americana más clásica de todas, en azul marino con botones dorados. Su particularidad reside en la silueta: larga, recta y holgada. Este truco lo traslada también a sus vaqueros, que se alejan del modelo estandar para convertirse en unos pantalones de pata ancha con cierta estética retro. Lo combina con un jersey básico de cuello a caja en color negro y unos zapatos que se convierten en el detalle más sorprendente del look: son un clásico de la firma británica, tienen suela track y consigue romper con el calzado habitual que suele llevar la princesa de Mónaco.