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Los reyes de los Países Bajos presidieron ayer una de sus citas más destacadas cada junio, la tradicional cena de recepción al Cuerpo Diplomático en el Palacio Real de Ámsterdam, que siempre nos deja impresionantes estilismos de gala por parte de la soberana. En los últimos años, Máxima ha reafirmado que no es necesario estrenar look para impactar, y lo habitual es que apueste por la sostenibilidad decantándose por modelos reciclados de su armario para este tipo de eventos en lugar de optar por diseños nuevos. Anoche volvió a seguir esta estrategia y recuperó un vestido de ceremonia que le vimos por primera vez ¡en 2011!
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Un vestido sofisticado y atemporal
La reina de los holandeses ha demostrado una vez más que por ella no pasa el tiempo enfundándose en esta pieza firmada por Natan, una de sus casas de referencia tanto para el día a día como para las grandes ocasiones. En concreto, se trata de un vestido que estrenó hace 13 años pero que, gracias a su diseño elegante y atemporal, sigue siendo pura tendencia. Como requiere el protocolo en banquetes como este, es un modelo de gala. Cuenta con discreto escote barco, manga larga, hilera de botones forrados en la espalda, corte a la cintura y falda con silueta asirenada que incorpora dos aberturas laterales para poder andar con total comodidad.
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Está confeccionado en un tejido de crepé en tono frambuesa, un color recurrente en los looks de gala de Máxima ya que coordina a la perfección con sus joyas y tiaras de rubíes, una de sus piedras preciosas preferidas. En esta ocasión ha agregado su tiara 'Pavo Real', una valiosa pieza que perteneció a la reina Guillermina -data de 1897- y que estuvo 30 años guardada en el joyero de la casa real hasta que Máxima decidió recuperarla en 2009. Desde entonces, han sido contadas las ocasiones en las que ha llevado esta joya, y siempre que la ha escogido ha sido para coronar estilismos en tonos fucsias o rojos, buscando potenciar el impacto de los históricos rubíes que acompañan a los diamantes y conforman un remate frontal que emula la forma de las colas de los machos de pavo real.
A modo de curiosidad, se trata de la tiara que llevó su hija mayor, Amalia, tanto para acudir a la celebración de la boda de los príncipes jordanos Hussein y Rajwa el año pasado como para debutar en su primera cena de Estado junto a los reyes de España el pasado abril.
Para completar el look, Máxima ha agregado también los pendientes a juego que datan de la misma época, unas piezas desmontables que también llevó Amalia y que pueden lucirse tanto de forma colgante como cortos. Apostando por el 'más es más' para compensar la sencillez del vestido, ha querido sumar también el impresionante collar a juego. Tampoco ha prescindido de las pulseras de este parure, aunque no le hemos visto el broche que sí ha llevado en anteriores ocasiones.
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