Así se despidió Mary de Dinamarca de las cámaras mientras bajaba del Dannebrog, barco oficial de la casa real danesa, solo minutos antes de dar por concluida su visita de Estado a Suecia. Para su último compromiso, optó por un look sencillo, al que solo añadió unos pendientes largos en oro amarillo con diamantes engastados, de Rebekka Notkin, que se componen por dos colgantes de hojas de palma. A lo largo de las 48 horas que duró el viaje, no obstante, vimos a la mujer de Federico X brillar con otras espectaculares alhajas, desde broches con significado hasta tiaras de más de 200 años.
Un broche de ramillete
El segundo día de la visita de Estado estuvo repleto de compromisos (dos visitas a museos, un almuerzo, conferencia en un centro tecnológico...). Es por ello que la reina de Dinamarca optó por un vestido que conoce de sobra, en conjunto con accesorios que le son familiares. Primero, notamos los pendientes en forma de flor, realizados en oro con diminutos diamantes. Son de Ole Lynggaard Copenhagen.
Conexión con España
Al quitarse su capa de lana color camel, la mujer de Federico X desveló que había decidido complementar los pendientes con su broche con forma de hojas a juego, también Ole Lynggaard Copenhagen. Como dato curioso, ha ostentado este prendedor en siete oportunidades, pero la última vez que se lo vimos fue en noviembre de 2023, con motivo de la visita de Estado que realizaron los reyes Felipe y Letizia a Dinamarca.
La tiara de Grosellas
La primera noche de su visita a Suecia se celebró la cena de gala ofrecida por los Reyes de Suecia en el Palacio Real, donde invitada de honor quiso presumir de la impresionante tiara de rubíes (también llamada tiara de Grosellas), su favorita entre todas las que tiene a su disposición ahora que es reina de los daneses. Perteneció inicialmente a la reina Ingrid, madre de Margarita II, pero posteriormente esta última se la cedió a su nieto para que él pudiera dársela a quien se convirtese en su esposa.
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Un deslumbrante homenaje a Suecia
La tiara de Grosellas es un preciso trabajo de brillantes y rubíes en disposición de hojas de grosellas y Mary la ha llevado en citas tan importantes como el posado por su 50º cumpleaños. Casualmente, la primera propietaria del conjunto fue Désirée Clary, quien se convirtió en reina de Suecia tras su matrimonio el futuro rey Carlos XIV Johan, y encargó su confección con motivo de la coronación de Napoleón Bonaparte, en 1804. Fue la bisnieta de Désirée, la reina Luisa, quien trasladó estas alhajas a Dinamarca en 1869, al casarse con el rey Federico VIII.
Colgantes con las iniciales de sus hijos
En su llegada a Suecia, este pasado lunes por la mañana, Mary de Dinamarca rindió un bonito homenaje al país anfitrión con su elección de complementos. Sin embargo, no nos referimos a su confiable pulsera Love, de Cartier, ni a los dos collares de medallones en oro de 18 quilates, de Julie Sandlau, que llevan grabadas las iniciales de su marido y sus cuatro hijos. La clave está, más bien, en el broche que se prende a su vestido.
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Un broche de perlas y zafiros
Es su broche decimonónico el que conecta con la Familia Real de Suecia: se trata del prendedor Connaught de zafiro, bautizado así puesto que su dueña original fue la princesa Margarita de Connaught, primera esposa del rey Gustavo VI Adolfo de Suecia, quien lo heredó de su madre, la duquesa Luisa de Connaught. Margarita falleció prematuramente en 1920, aunque sí llegó a tener cuatro hijos con el soberano.
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Condecoración de la Orden de los Serafines
El príncipe Gustavo Adolfo, padre del rey Carlos Gustavo de Suecia, y la princesa Ingrid, abuela del actual rey Federico de Dinamarca, son ambos hijos de Margarita de Connaught. Sería Ingrid quien heredaría finalmente este majestuoso broche, que presenta un gran zafiro central en un elaborado marco de diamantes con un colgante de perlas y diamantes. Junto al prendedor, reposa el botón de la Real Orden de los Serafines, condecoración que recibió por parte de sus homólogos suecos en esta visita.
Pendientes de 100 años de antigüedad
Más de cerca, pudimos apreciar que sumó unos pendientes colgantes de diamantes que datan de la Belle Époque, por lo cual tienen más de un siglo de antiguedad. Fueron adquiridos en una subasta a la empresa Bruun Rasmussen Auctioneers, que ha provisto de piezas vintage a la casa danesa durante muchos años. Una vez retirado su tocado azul de gran lazada, la monarca recogió la mitad izquierda de su melena utilizando una peineta en plata con cristales, de Ellen Hunter.
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