El Año Nuevo llegó al pueblo danés con una sorpresa que escribiría un nuevo capítulo en la historia del país nórdico: Margarita de Dinamarca anunció que abdicaría y que, el 14 de enero de 2024, sería su hijo Federico, a quien a partir de ahora nos referiremos como Fererico X, quien asumiría el título de Rey de los daneses. Como es lógico, Mary lo acompañará como reina consorte, una labor que está completamente preparada para asumir y para la cual, por suerte, aún tiene como guía a su suegra. En este día tan especial, siguió una tradición que une también a Matilde de Bélgica y a doña Letizia, quienes vistieron de blanco, al igual que la australiana, en las respectivas proclamaciones de sus maridos.
El primer estilismo de Mary de Dinamarca como reina consorte
La pareja real, acompañada del príncipe Christian, se trasladó desde el palacio de Federico VIII, en Amalienborg, hasta el castillo de Christiansborg para la firma de la abdicación y la celebración de una recepción posterior con "representantes de alto nivel de Dinamarca", actos tras los cuales ejercerán como reyes de Dinamarca. Desde antes de que se bajasen del coche, pudimos distinguir que la reina Mary escogió un nuevo abrigo blanco, obra del diseñador danés Soeren Le Schmidt, que en el pasado ha firmado algunos de los trajes más sonados de la australiana. Al hacer su ansiada aparición en el balcón, sin embargo, nos deslumbró con el que realmente fue su look para la proclamación de su marido.
Mary lució radiante de la mano de Federico X en su primer saludo al pueblo danés como reina consorte, ataviada con un sedoso vestido blanco de escote redondo, hombros estructurados, mangas largas y falda de caída fluida, que destaca por otros detalles más especiales, como la bufanda drapeada que parte de un cinturón-joya y se envuelve elegantemente alrededor del cuello. Estos elementos preciosistas no pasaron desapercibidos para los expertos en realeza, ya que la nueva reina consorte eligió para su proclamación las que fueron sus joyas preferidas durante los 20 años que fue princesa heredera.
Se trata del set de diamantes y rubíes que data de 1804 y se encargó para que Desiree Clary Bernadotte lo usara en la coronación de Napoleón en París. Una vez que su marido, Carlos XIV Juan de Suecia, se convirtió en rey, estas alhajas se dirigieron a Estocolmo y llegaron posteriormente a Copenhague con la reina Lovisa, en 1869. Tradicionalmente, son las princesas herederas danesas quienes los llevan, pero la reina Ingrid, madre de Margarita II, continuó llevándolas incluso después de ascender al trono.
Al tratarse del set más adorado por la nueva reina de los daneses, quien lo ha lucido en significativas ocasiones, como su fiesta preboda o el 40º aniversario de la coronación de Margarita de Dinamarca, asumimos que aplicará la misma premisa. Sobre su pecho, observamos un significativo broche con el retrato de su suegra.
Pistas en sus últimos looks
Los últimos estilismos de Mary de Dinamarca como princesa nos dejaron ver en estas dos primeras semanas de 2024 que estamos ante una reina rompedora, que sigue la estela de su suegra no solo en ideales sino también en cuestiones de estilo. La nacida en Tasmania aprovechó sus compromisos estos días de enero para presumir de diseños de alto impacto, como aquel deslumbrante vestido de terciopelo rojo del banquete de Año Nuevo, o llevar a cabo combinaciones transgresoras al incorporar, por ejemplo, unos salones estampados de leopardo a su conjunto más sobrio, de cara a una recepción.
A principios de esta semana, en el marco de los tradicionales actos de Año Nuevo que antecedieron a la coronación, la casa real de Dinamarca rescató este retrato oficial de Federico y Mary para conmemorar el su ascenso al trono. El matrimonio desconocía en 2022, cuando se tomó esta regia imagen, con motivo del 50º cumpleaños de la australiana, que se convertiría en su carta de presentación como monarcas tan solo dos años más tarde. La elección de esta fotografía es absolutamente simbólica, pues confirma la estupenda sintonía que ha habido entre el pueblo danés y su actual reina Mary desde que esta llegó a la familia en 2004.
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En la estampa, luce un vestido semitransparente en color azul celeste, cuyos detalles de pedrería se asemejan a los de otros opulentes diseños de corte clásico que posee en su armario de gala, pero esta creación a medida de Lasse Spangenberg se distingue por su construcción en 24 metros de organza con puntilla francesa bajo un manto de majestuosas cuentas de vidrio y perlas bordadas provenientes de España.
Acompañó el vestido con la tiara que, probablemente, marcó su período como princesa heredera: la de inspiración floral en la que se recrean hojas de grosella en diamantes y rubíes. Una escultórica alhaja que se complementa con los pendientes que le vemos en la poclamación de su marido, Federico X. Como hemos dicho, este set perteneció a la reina Ingrid, madre de la reina saliente.